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José Marcos Noguera es un sacerdote de 28 años oriundo de Mbocayaty del Yhaguy, del departamento de Cordillera. A su corta edad, el cura se empeña en trabajar por cambios positivos en su entorno. Actualmente está al frente de la parroquia María Auxiliadora de Loma Grande, donde activa muy de cerca con los jóvenes con quienes comparten el mensaje de amor y esperanza.
Considera muy importante fortalecer la fe de los jóvenes y concienciarlos de que sólo poniendo en práctica los buenos principios se puede llevar una vida plena, llena de paz.
Asimismo, dijo que cuando se mudó a la ciudad de Loma Grande, recibió mucho cariño y respeto de los habitantes.
Explicó que en su ciudad natal Mbocayaty del Yhaguy, él ya se encargaba de implementar estas charlas educativas con los jóvenes y familias en general y ahora lo seguirá haciendo en su nueva casa.
Detalló que en sus conversatorios pudo observar mucha participación de chicos/as, quienes se acercan porque quieren sentirse escuchados, “y eso es lo que se transmite en cada actividad, el escucharse”, indicó.
El presbítero Noguera añadió que en esta primera semana de agosto ya se tuvo un encuentro con feligreses de Loma Grande y otras comunidades aledañas, quienes manifestaron buena receptividad con la iniciativa.
“Lo que tratamos de hacer con los jóvenes es orientarlos con lo que nos pide la iglesia. Los llamamos a vivir en santidad, porque solo viviendo en alegría y comprometiéndose con su comunidad eclesial se sentirán fuertes para enfrentar las pruebas de la vida”, finalizó.
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Instar a ser más humanos
El joven sacerdote también hizo énfasis en que las familias, los amigos y las parejas deben tener en cuenta lo importante que es dialogar en la casa, en la escuela y en el trabajo. “Hay que ser más humanos, hay que escucharse”, resaltó.
Así también indicó que quizás la mayoría de los problemas que se generan hoy en día hasta se podrían evitar si es que hubiera más comunicación, empatía y comprensión. En ese contexto el presbítero Noguera aseguró que su desafío como sacerdote será seguir fomentando la humanidad, religiosidad y la fe en cada zona del departamento de Cordillera.
“Hay que vivir con más amor, humildad y respeto en el evangelio. A eso estamos apuntando”, enfatizó el presbítero José Marcos Noguera.
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Piribebuy
Para el presbítero Alcides Mendoza, sacerdote de la parroquia Dulce Nombre de Jesús de Piribebuy, es una gracia de Dios ser párroco de una localidad. Resaltó que la misión es ser como un Cristo en la comunidad, que guía con amor a su rebaño.
“Dentro de nuestras limitaciones, como personas humanas, uno siempre procura asumir su compromiso inicial teniendo esta bendición de guiar, conducir y santificar al pueblo de Dios”, agregó.
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¿Cuáles son las funciones del párroco?
El presbítero Mendoza también hizo énfasis en que una de las funciones que tiene un párroco es intermediar ante Dios y las autoridades para que se den las peticiones de los habitantes de cada comunidad.
Señaló que hay muchos cristianos que sienten la confianza y el respeto de acercarse a pedir ayuda cuando lo necesitan. “Esto lo vivimos todos los días y que nos tengan la confianza de acercarse para pedir consejos nos llena de satisfacción, porque un párroco debe estar al servicio de las personas”, reiteró.
Asimismo, el padre Mendoza recordó que lleva una lucha constante al lado de los piribebuyenses por el pedido de restauración del templo Dulce Nombre de Jesús, que se hace desde hace años. Sin embargo, hasta hoy en día nada se ha podido hacer.
Detalló que la estructura de la iglesia continúa en pésimas condiciones, pero como no reciben ayuda, están pensando mudarse a una capilla provisoria de la zona. “Desde hace años acompañamos a los feligreses en esta situación, solo que lastimosamente la autoridades no nos escuchan”, dijo.
No olvidar la historia y la cultura
El padre Mendoza destacó que la iglesia Dulce Nombre de Jesús es parte importante de la cultura de los cordilleranos y de todos los paraguayos, por lo que representa en la historia y el turismo. “Por todo eso y más no hay que olvidar nuestra historia”, dijo el Pbro. Mendoza.
“Somos una comunidad muy bendecida, pero también necesitamos la ayuda de nuestras autoridades competentes para que nos asistan por la situación de nuestro santuario”, mencionó.
Finalmente, el cura párroco instó a la feligresía católica a acompañar cada uno a su representante en las diferentes parroquias. “Hay que acompañar a los sacerdotes con apoyo y unidad. Todos estamos en esta barca que es la iglesia y Cristo es el que nos ayuda y nos sostiene para seguir adelante”, puntualizó.
Capiatá
Desde el 25 de febrero de este año, el presbítero Jorge Sotelo, asumió el cargo de cura párroco en la parroquia Virgen de la Candelaria de la ciudad de Capiatá, luego de la muerte del padre José María Velasco. El sacerdote cuenta que tiene la misión de ayudar a las personas desprotegidas, aquellos que no tienen voz en la sociedad, y que en medio de su labor, continúa con el legado que dejó el padre Velasco.
El padre Jorge Sotelo, comentó que desde que asumió continuó con la labor pastoral educativa. “Ahora el padre Arnaldo Benítez está como director de la institución educativa, porque es el que tiene la habilitación que requiere el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), aún así yo acompaño todas las actividades”, mencionó.
Comentó que continúan con los comedores en la mayoría de las comunidades, y en la sede de la parroquia que benefician en cada espacio a más de 30 personas. “Ahora en la sede central solo tenemos los sábados habilitado el comedor, pero queremos volver a habilitar entre semana”, señaló el cura párroco.
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En cuanto a la biblioteca, mencionó que todo sigue funcionando. Cuentan con más de 15.000 ejemplares de libros de diferentes asignaturas. Sería la segunda biblioteca más grande del país después de Itaipú, incluso los talleres de costura, cocina, y artes plásticas siguen funcionando.
La sala de química, y el Conservatorio de Música, son otros de los espacios que siguen con mucha vitalidad. Allí los estudiantes de la Escuela y Colegio Virgen de la Candelaria acuden para realizar sus prácticas.
Mencionó, además, el cura párroco que busca formar una comisión que se encargue de los trabajos de restauración de la Iglesia Virgen de la Candelaria, donde puedan ser partícipes instituciones del Estado.
Recordó que la estructura de la Iglesia es antiquísima, y que por lo tanto, necesita un tratamiento especial, que debe ser hecho por especialistas del área de la restauración.