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El hurto de tapas de alcantarillado de la Essap supone un perjuicio anual aproximado de G. 300 millones, considerando que cada año la institución registra el hurto de 200 tapas de hierro. Cada una cuesta alrededor de G. 1.500.000.
Teniendo en cuenta ese problema, el presidente de la Essap, Luis Fernando Bernal, anunció un plan piloto de reemplazo de tapas de otro material. Señaló que constató la semana pasada que hay decenas de registros de alcantarillado que están sin tapas, producto del hurto por parte de rateros o los llamados “chespis”, que las venden por precios irrisorios.
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Plástico resistente y reciclado
En ese sentido, señaló el inicio de un plan piloto para utilizar un plástico reciclado capaz de soportar hasta 36.000 kilos de carga. Según la Essap, estas tapas se caracterizan por su durabilidad y resistencia, además de ser amigables con el ambiente.
La institución resaltó que incluso el costo es considerablemente inferior al de las tapas de hierro, aunque aún no se precisó el precio de las de plástico reciclado.
El plan inicial implicaría la compra limitada de este nuevo material.
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