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Según los datos proporcionados por el meteorólogo Jorge Acosta desde el aeropuerto Carlos Miguel Jiménez, la temperatura descendió a 3,4 grados en las primeras horas del día, marcando así las primeras heladas de la temporada.
Acosta señaló que, aunque las heladas pueden perjudicar los cultivos agrícolas, también juegan un papel importante en el equilibrio del medio ambiente. “Muchas plagas desaparecen después de las heladas, lo que se convierte en un efecto beneficioso en el control de plagas e insectos”, explicó.
Sin embargo, el impacto negativo de las heladas perjudica a los pequeños productores tamberos de Ñeembucú, que se encuentran especialmente vulnerables.
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Estos productores, que todavía están recuperándose de una reciente crisis de inundación, enfrentan ahora la escasez de alimentos para sus animales vacunos debido a las condiciones climáticas adversas.
Los productores agrícolas y ganaderos de Ñeembucú deberán buscar la forma para enfrentar estas nuevas dificultades y mitigar los efectos de las heladas en sus cultivos y la producción de ganado.
Hasta ahora, las autoridades departamentales y nacionales no han proporcionado ninguna ayuda a los sectores perjudicados por la inundación.
A pesar de la declaración de estado de emergencia en Ñeembucú, los representantes del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) nunca llegaron hasta la zona para buscar una solución y ayudar a los pequeños productores.