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Durante su intervención este jueves en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se celebra en Luque, el canciller paraguayo, Rubén Ramírez Lezcano, enfatizó la importancia de la seguridad regional para la protección y ejercicio de los derechos humanos y el desarrollo económico y cívico de los países.
“Somos conscientes de los desafíos que el siglo XXI plantea, estamos en un contexto global de retos en cuanto a seguridad, pobreza, el cambio climático y conflictos violentos”, dijo el canciller Ramírez. “En ese contexto se tornan esenciales la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo integral”.
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Señaló que las Américas son “una región de paz” que actualmente no registra conflictos armados entre Estados, pero señaló que el continente sí enfrenta desafíos por la acción del crimen organizado transnacional”, algo que requiere que los países actúen unidos e integrados para hacerle frente.
“La inseguridad socava las bases de nuestra democracia”, subrayó.
“No hay espacio para el autoritarismo”
Los desafíos que enfrentan las naciones “deben ser abordados desde una visión multidimensional”, apuntando a reducir la informalidad e inequidad, mejorar los servicios básicos como educación y salud, y “confrontar decididamente la corrupción”, agregó.
Resaltó, sin embargo, que la lucha contra la inseguridad no puede “llevarnos a renunciar a los principios fundamentales del sistema democrático”.
En las Américas “no hay espacio para el autoritarismo bajo ninguna circunstancia”, dijo.
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El canciller señaló el desarrollo económico como un “componente esencial” de la seguridad, argumentando que un país económicamente fuerte es “menos vulnerable a la inseguridad interna y externa”, y abogó por otorgar al sector privado un “ambiente favorable para invertir”.
“La relación entre seguridad y desarrollo impulsa a abogar por un entorno internacional económicamente dinámico, de mercados abiertos y políticas justas que no impongan barreras”, añadió.
Abogó también por el “respeto a las diferencias ideológicas y de criterios políticos” como algo necesario para “avanzar en la consolidación de una región integrada, democrática y solidaria”.