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Los ceramistas llegaron al emblemático Hotel La Candelaria de Areguá y montaron sus puestos con esmero, exhibiendo una amplia variedad de piezas únicas que reflejan las diferentes técnicas de producción y acabados decorativos que caracterizan a cada comunidad alfarera.
Para los visitantes la feria fue una oportunidad para adentrarse en el mundo de la cerámica paraguaya, apreciar la destreza de los artesanos y adquirir creaciones artesanales de gran calidad y valor cultural. Desde jarrones de formas y tamaños diversos hasta accesorios, coloridos colgantes de aves y tazas con diseños únicos. Cada pieza fue elaborada con dedicación y maestría.
Las ventas directas en este evento no solo permitieron a los asistentes llevarse a casa verdaderas obras de arte, sino también, mejoraron significativamente la economía de los artesanos y sus familias asegurando la continuidad de la práctica ceramista artesanal, pilar fundamental de la identidad cultural paraguaya.
Uno de los atractivos más destacados fue el taller de torno para todo público donde los asistentes pudieron experimentar de primera mano el oficio de la cerámica. Maestros artesanos de la Asociación de Artesanos Aregüeños como Patricio Olazar, Sindy Olazar, Pedro Cristaldo y Teodoro Olazar guiaron a los participantes en el modelado en torno, permitiéndoles sentir y dar forma a la arcilla con sus propias manos en un acercamiento único a esta milenaria tradición.
Además, se habilitó un espacio especial para los más pequeños, donde pudieron dar rienda suelta a su creatividad dibujando, pintando y aprendiendo sobre la rica tradición artesanal del país de una manera lúdica y entretenida.
La Gran Feria de Cerámica brindó a los asistentes la oportunidad de sumergirse en el mundo de la alfarería paraguaya, apreciar su belleza, adquirir piezas únicas directamente de los talentosos artesanos que mantienen viva esta milenaria tradición y fomentar el aprecio por el patrimonio cultural del país.
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