El fascinante encendido del horno Noborigama, una tradición cerámica milenaria en Areguá

El horno Noborigama de Areguá, conocido popularmente como “el horno mágico”, inició hoy su proceso de encendido en la Asociación de Artesanos Aregüeños (AAA), para quemar las piezas artesanales que se exhibirán en la próxima feria por el Día del Ceramista, a celebrarse los días 1 y 2 de junio en el Hotel La Candelaria de la misma ciudad. El horno estará prendido durante 36 horas.

Benjamín Vera y Patricio Eugenio Olazar (fundadores de la asociación). Artesanos con trayectoria encendiendo el horno mágico.
Benjamín Vera y Patricio Eugenio Olazar (fundadores de la asociación). Artesanos con trayectoria encendiendo el horno mágico.

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Noborigama, conocido en la industria alfarera como “horno escalonado”, fue construido por artesanos paraguayos pertenecientes a la Asociación de Artesanos Aregüeños (AAA) bajo la dirección de profesionales japoneses, con la ayuda de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA) en el año 2006. Esta organización internacional tuvo a su cargo la financiación de un concurso de proyectos en el que los artesanos resultaron ganadores y fueron premiados con el gran horno.

Este tipo de horno tiene dividido su interior en diferentes salas o cámaras y usa la pendiente del terreno para que la convección de los gases de combustión debido a la gravedad llegue a todas las cámaras y se mantenga la alta temperatura constante para cada producto durante la cocción.

Su uso tiene como fin hornear toda clase de cerámica en grandes cantidades y es excelente para conseguir uniformidad en los productos esmaltados.

Benjamín Vera y Patricio Eugenio Olazar (fundadores de la AAA).
Benjamín Vera y Patricio Eugenio Olazar (fundadores de la AAA).

La cocción se mantiene generalmente a una temperatura de 1.300 °C. El manejo de esta se realiza por intuición del artesano, quien necesita una considerable pericia.

Concretamente, se ajusta la temperatura añadiendo leños de eucalipto, de manera selectiva por la entrada inferior y por las entradas laterales pequeñas. Esta operación debe realizarse durante dos días seguidos. Después de finalizar el paso de cocción preliminar para eliminar la humedad, se realiza la cocción principal añadiendo leña por la gran entrada inferior y se aumenta la temperatura del horno lenta y gradualmente. Alcanzar la temperatura deseada de 1.300 °C tarda un día entero.

Las piezas y el horno pueden apreciarse en el local de la Asociación de Artesanos Aregüeños, fundada en 1997 por Patricio Eugenio Olazar y que nuclea a familias productoras de alfarería, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los artesanos. Está ubicado en la Ruta Areguá-Patiño, donde los artesanos esperan la visita de las personas para mostrar el gran proceso y valor de estos productos muy finos y delicados, así como su adquisición.

Cerámica casi porcelana gracias al horno Noborigama

En cuanto a los esmaltes, los artífices aregüeños recurren a un método sustentable, reutilizando las cenizas resultantes de la combustión de la leña. Teodoro Olazar, uno de los artesanos de la asociación, enfatizó que sus esmaltes no llevan elementos tóxicos. Los compradores pueden disfrutar sin temor alguno de sus piezas de vajillería, libres de plomo y cualquier otro componente dañino, un aspecto crucial en la elaboración de utensilios destinados al servicio de alimentos.

Respecto a la obtención de colores, el artesano explicó que emplean óxidos metálicos. Por ejemplo, el óxido de cobalto les permite lograr tonalidades azules en la cerámica, mientras que el óxido de cromo se utiliza para conseguir una amplia gama de verdes. Para alcanzar el turquesa, recurren al óxido de bronce, y así sucesivamente con diversos compuestos para enriquecer su paleta cromática.

Obras en cerámica, realizadas con la técnica Noborigama se podrán ver en el "Museo JICA", desde mañana en el CPJ.
Obras en cerámica, realizadas con la técnica Noborigama se podrán ver en el "Museo JICA".

Resaltó que el verdadero secreto y la magia radica en el horno Noborigama, capaz de producir efectos insólitos. En ocasiones, introducen un esmalte destinado a un acabado blanco y al finalizar el proceso, se revela un tono rojizo, una prueba de la maestría que el horno imprime en cada pieza artesanal.

Noborigama tiene un costo de G. 12.000.000 millones con cada quema y ocurre generalmente dos veces al mes, afirmó el artesano Benjamín Vera.

Cursos de alfarería

Los Asociación de Artesanos Aregüeños (AAA), junto con el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP), están organizando cursos completos de alfarería programados para el mes de junio.

Para más información, pueden comunicarse con Benjamín Vera al teléfono celular 0982 41 03 50.

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