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El obispo de San Lorenzo, monseñor Joaquín Robledo, presidió la misa en honor al protector espiritual de esta localidad, San Isidro Labrador. En su homilía, instó a los fieles a seguir su ejemplo de vida.
El religioso resaltó la vida de San Isidro, agricultor dedicado al trabajo, a la familia y la oración permanente a Dios. Además, destacó su don de cristiano que supo compartir la cosecha con los más necesitados. “San Isidro fue un hombre sencillo, trabajador y siempre oraba a Dios y compartía con los más necesitados, por eso agradaba a Dios”, expresó.
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El religioso instó además a los fieles a vivir en oración permanente para recibir la gracia de Dios, así como San Isidro tuvo cosecha abundante. “El propio Jesús nos pide que permanezcamos en Él y Él permanecerá en nosotros y eso es el amor del Creador y con la oración vamos a vivir en Jesús”, reflexionó el obispo.
Dijo que debemos recordar el gran amor de Dios, que entregó a su único hijo para salvarnos del pecado, y que hoy estamos llamados a vivir en hermandad. Agregó que es imperioso recuperar los valores cristianos, como la humildad y la solidaridad.
También pidió reconocer la virtud de la paciencia, así como la tuvo San Francisco de Asís, quien sembró y esperó con paciencia y esperanza la cosecha. “Tenemos que mantener viva la esperanza y la paciencia, así nos indica el apóstol Santiago y nos da como ejemplo al sembrador que espera paciente el fruto del trabajo, porque Dios no nos va a defraudar”, resaltó Robledo.
Reiteró la necesidad de vivir en permanente oración y más aún ante la proximidad del jubileo, que será un tiempo de gracia y de perdón.
Tras la celebración religiosa se realizó la tradicional procesión del protector por la avenida principal. La imagen recorrió en un tractor agrícola, máquina principal para la agricultura. También jinetes de la zona acompañaron la marcha al son de una banda de músicos que animaba con canciones religiosas.
No más divisiones
Antes de la misa, Robledo habló con ABC y reflexionó sobre el aniversario de la Independencia. En ese sentido, abogó por un crecimiento con sentido de libertad, libres, buscando el bien común de todos los paraguayos. “Deseamos que no haya esas grandes divisiones entre personas muy ricas y muy pobres”, apuntó.
Abogó por más trabajo, porque muchos compatriotas no tienen recursos para alimentarse ni estudiar, ni siquiera para su salud. “Todas estas situaciones debemos superar para que haya fraternidad e igualdad, como cantamos en el Himno Nacional; que respetemos la dignidad y el derecho de la persona y que todos podamos tener una vida digna con acceso a educación, salud y a la cultura”, indicó.
También deseó que todo paraguayo tenga un lugar donde vivir, una tierra donde se pueda irradiar el bienestar.
Reivindicó la libertad de expresión como un derecho de cada ciudadano. “Es un logro para el país, pero aún hay que seguir creciendo, buscando la verdad, informando objetivamente y amando los valores de la solidaridad y el respeto a las personas”, concluyó.