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El precio del tomate ronda los G. 27.000 según se puede ver en algunas góndolas de los supermercados, un precio sumamente alto y que hasta supera ampliamente a otros productos frutihortícolas. Sobre esto, Eladio Figueredo, un importador del Mercado de Abasto, sostuvo que “todo el mundo está preocupado por los precios”.
Según el comerciante, todo lo referente a los frutihortícolas “está carísimo por todos lados” y el problema “es de origen”, es decir, de Brasil y Argentina ya que aún no hay una producción nacional en grandes cantidades.
“Nosotros vendemos por cajón y después los otros incrementan; el supermercado vende a 25.000 el kilo y una caja tiene 18 kilos″, detalló en comunicación con ABC Cardinal.
En referencia a los precios que se encuentran en el Abasto, aseguró que máximo el tomate rondaría los G. 15.000 el kilo y ahí los interesados se encontrarán con otros productos a precios más bajos como también con “vendedoras súper amables”.
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Precio del tomate: postura de Capasu
Por otra parte, Mario Goia, un vocal de la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), sostuvo que los supermercadistas son “tomadores de precio” y ante esto aseguró que siempre buscan ofrecer los productos al precio más barato posible.
“Sobre el precio del tomate quieren recaer la culpa entera al supermercado; si está 10.000 el kilo del tomate en finca, la finca más cercana a Asunción está a 200 kilómetros; eso es ida y vuelta. ¿Va a seguir costando 10.000 el tomate o el camión va a usar combustible? ¿El chofer o el camión se maneja y estaciona solo? Luego la carga hombre porque no conozco a nadie que quiera cargar cajas gratis”, detalló.
También recalcó que el tomate es un alimento perecedero y delicado ya que algunos pueden venir golpeados en el traslado o en los supermercados los clientes “aprietan cinco” antes de elegir uno y con eso se daña aún más el producto con la posibilidad de que ya sea inservible.
“Nosotros vendemos todo con facturas legales y se emite una factura electrónica que viaja al instante a Tributación. Es una fruta muy sensible y el producto se encarece en la cadena de valor; es extremadamente volátil el tomate. Que se compra a 10.000 y se vende a 20.000 es totalmente falso”, concluyó.
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