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La Dra. Nancy Garay, jefa de Cardiología del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, trabaja de cerca con los trasplantes para pequeños y pequeñas en el centro médico de referencia. En ABC AM 730 explicó la necesidad de que familiares tomen conciencia de la importancia de donar órganos.
“Dar vida a otra persona que está enferma es gracias al tributo de amor que hacen los parientes de una persona con muerte cerebral, cuyo caso es irremediable porque a su cerebro no llega el oxígeno, está en un coma profundo o requiere de un respirador”, indicó.
Como un ejemplo, señaló que el protocolo se activa con el diagnóstico de muerte encefálica y la comunicación al Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT) que envía médicos expertos en captación de donantes, junto al posible donante para evaluarlo de manera independiente.
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Creencias populares dificultan procesos de donación
Dentro del proceso de diálogo con los familiares (especialmente padres cuyos niños podrían ser donantes) surgen dificultades para que acceden a que sus hijos se conviertan en donantes.
“En las mentes de los parientes existen muchas creencias populares de que le van a carnear y vaciar a su paciente, piensan que el cuerpo se les entregará en partes y otras cuestiones más que son tabúes. No existe tal vaciamiento, es como una extracción normal de órganos. Tampoco se hace el procedimiento antes del fallecimiento”, aclaró.
Instó a que en las escuelas los niños aprendan lo que es la donación y así conversen y retransmitan esos conocimientos a sus padres, de manera a crear concienciación.
Recordó un caso en que un padre estaba a favor de la donación de órganos de su hijo, pero la madre que fue inducida por la abuela, finalmente dijo que no. “Se tuvo que respetar esa negativa”.
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Paraguay, aún lejos de ser uno de los países con más donantes
Garay mencionó que lamentablemente el Paraguay es uno de los países con menor índice de donaciones en la región. “Entre uno y dos donantes por millón de habitantes”.
Resaltó que falta mayor infraestructura en lugares lejanos de la capital y que el INAT debería tener una ambulancia aérea porque finalmente recurre al apoyo de la Policía o militares. “A veces se trata de llevar a los especialistas para la evaluación, si es que el donante está en el Chaco”.
Actualmente en el Niños de Acosta Ñu, aguardan un corazó Milan de 5 años y una adolescente que está por cumplir 15 años de edad. Ambos están conectados a un corazón artificial. El pequeño lleva 6 meses con el aparato.
“Con ellos se trabaja en la contención cuando hay posibilidades de trasplantes y luego hay rechazos de familiares, lo que deriva en la suspensión del trasplante. También para que no estén mentalmente agotados”, refirió.