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Una impecable actuación hecha por los casi 100 actores marcó el Viernes Santo en la parroquia Domingo Savio. La peregrinación comenzó a las 14:00.
En su peregrinar, el actor que interpretó a Jesús fue “azotado” por los soldados, todos cadetes y aspirantes de la Policía Nacional que se desplegaron dentro de la sede de la parroquia creando cadenas humanas para contener al público.
Jesús cayó en más de dos oportunidades. Fue consolado por su madre, quien acarició a Jesús intentando aliviar su dolor. En una de las caídas fue ayudado por Simón de Cirene, quien al principio se resistió a llevar la cruz, pero luego tras una profunda mirada del creador entendió el dolor que llevaba a cuestas Jesús.
Con el rostro desfigurado, con golpes en todo el cuerpo, el rostro tumefacto, y su labio azulado caminó encorvado, con una corona de espinas sobre su cabeza, y empapado de sangre fue recibido por la Verónica, quien detuvo su marcha para llevar la marca de su rostro en un pedazo de tela, que sirvió para secar la sangre que corría por su rostro.
Mas adelante unas mujeres fueron a llorar a sus pies. Jesús las consoló, y pidió que fueran fuertes. Fue llevado por los soldados hasta el lugar donde fue crucificado, donde cae por tercera vez. Allí fue nuevamente humillado. Escupieron en su rostro, se sortearon con su ropa, y lo subieron a la cruz casi desnudo
Murió a las 15:00, como se recuerda en la historia, luego lo llevaron al sepulcro donde descansa a la espera de la resurrección de Domingo de Pascua.