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La Semana Santa en el domicilio del matrimonio Dionisio Marecos y Emerenciana Carballo de Marecos, lejos de un tiempo de paz y reflexión, fue prácticamente de terror, a raíz de las constantes agresiones de su nieto Álvaro Ezequiel Marecos Bogado, de 21 años, jugador profesional de la categoría futsal en Fénix Fútbol club, según la imputación por violencia familiar radicada contra el joven.
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La imputación por violencia familiar presentada por la fiscala Fátima Villasboa da cuenta de que las agresiones empezaron ya el sábado 23 y se repitieron los días 25 y 26 del corriente mes.
“Álvaro Marecos le pegó a su abuela Emerenciana Carballo de Marecos por su pecho con un golpe de puño y le dejó un moretón visible. Esto se dio a consecuencia de que la anciana no le dio dinero ya que diariamente la señora como su abuelo le dan dinero para que compre su droga a consumir en la casa (marihuana y cocaína) por un valor entre G. 30.000 a G. 50.000. Sus abuelos queriendo evitar un mal mayor le dan dinero para que Álvaro les deje en paz porque son personas mayores adultas y prácticamente son indefensas”, señala la imputación al relatar lo ocurrido el sábado último.
El lunes 25 Dionisio Marecos denunció a su nieto ante la Comisaría 2ª, pues su esposa fue nuevamente agredida por el joven jugador.
“Álvaro Marecos en dicha fecha a las 15:30 horas aproximadamente le pegó en la cara con su champión, además intentó ahorcarle a su abuela Emerenciana Carballo de Marecos en otras ocasiones, dejándola con moretones”, refiere la denuncia sobre lo ocurrido el Lunes Santo.
Nada se hizo y al día siguiente, esta vez a la mañana, el nieto ni bien se despertó y empezó nuevamente a requerirle dinero a su abuela supuestamente para drogarse. Don Dionisio, quien se disponía a hacer un asado, intentó persuardirle a su nieto de que a que entrara en razón, pero su intervención tuvo un efecto contrario.
Joven ahora imputado por violencia familiar persiguió a sus abuelos con un palo
“(...) Álvaro (...) empezó a increparle, a decirle que quién era él y para qué se metía, y agarró un palo que encontró en el patio y Emerenciana Carballo le dijo a Dionicio que se calle nomás, que no le moleste, que deje todo nomás y que vayan a la pieza. Álvaro Marecos les siguió a la pieza, el señor Richard Pino (yerno de Dionicio Marecos) estaba también en el patio y le pudo atajar (...)”, relata la imputación.
Como desde el patio el joven seguía amenazando a su abuela, a la que exigía 100.000 guaraníes o de lo contrario la dejaría en silla de ruedas o en un cajón”, otra familiar que ahí se encontraba pidió auxilio al Sistema 911, que a su vez accionó a los agentes de la comisaría 2ª, que acudieron a la vivienda del barrio Tacumbú.
Los uniformados llegaron en moto unos 30 minutos después, pero no tenían patrullera, Marecos fue prácticamente escoltado hasta la comisaría, donde quedó detenido.
“Cabe resaltar que no es la primera vez que se suscitan conductas agresivas por parte del procesado, quien violenta de manera sicológica y física a sus abuelos Dionicio Marecos y a su esposa Emerenciana Carballo. Así también es dable resaltar que Álvaro Ezequiel Marecos Bogado sería adicto a sustancias estupefacientes…”, destaca la imputación.
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Para jueza, peligro de fuga y de obstrucción a la investigación justifica prisión
En coincidencia con la petición de la fiscala Villasboa, la jueza decretó la prisión de Álvaro Marecos, medida que cumplirá en la comisaría 2ª durante 10 días. Posteriormente, deberá ser trasladado a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú u otro reclusorio determinado por el Ministerio de Justicia.
En la audiencia de imposición de medidas, la defensora pública Dorina Frutos solicitó el arresto domiciliario del procesado en el domicilio de su madre, ubicado en inmediaciones de la Comisaría 23ª Central, distante 20 km de la residencia de los abuelos. La defensora alegó que el imputado no tiene antecedentes penales, es jugador profesional de la categoría futsal en Fénix Fútbol Club y estudia curso de peluquería profesional.
“Debemos tener en cuenta que el peligro de obstrucción se encuentra latente pues nos encontramos en un estado incipiente de la investigación, donde el imputado podría destruir, ocultar o modificar elementos de prueba e incluso influir en la víctima y en los testigos a que informen falsamente sobre los hechos, más aun considerando el grado de vulnerabilidad de las víctimas (sus abuelos de tercera edad), en este tipo de hechos”, argumentó la jueza.
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“Así mismo se halla latente el peligro de fuga pues debemos considerar la alta expectativa de pena del hecho punible por el cual fue imputado que en caso de llegar a una condena podría ser sancionado a pena privativa de libertad de hasta ocho años, sumado a todo ello la falta de arraigo del incoado, considerando que no se ha arrimado documento alguno que acredite un domicilio fijo o un trabajo estable”, agregó Pedrozo.