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Luque se vistió de fervor y devoción para celebrar el Domingo de Ramos, una de las festividades más importantes del calendario litúrgico católico. Desde tempranas horas de la mañana, cientos de feligreses iniciaron una peregrinación que partió desde la estación del tren, luego por la calle Rosario a lo largo de tres cuadras, engalanadas con palmas y ramos bendecidos.
La multitud avanzaba en procesión solemne hacia la explanada central del Santuario Virgen del Rosario, donde se oficiaría la misa conmemorativa. El bullicio de los cánticos y rezos se mezclaba con el aroma del incienso que impregnaba el aire de misticismo. Al arribar al atrio de la iglesia, el cura párroco dio la bienvenida a los fieles y procedió a bendecir los ramos de palmas que portaban los asistentes, símbolo de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, según los evangelios.
Durante la homilía, el rector llamó a la reflexión y al compromiso con la fe. “Muchas veces vivimos momentos de festividad religiosa con gran entusiasmo, pero luego hay otros momentos en los que negamos nuestra fe católica, incapaces de defenderla con firmeza”, expresó, instando a los presentes a mantener viva la llama de la fe más allá de las celebraciones puntuales. “La verdadera devoción se demuestra en el día a día, en nuestras acciones y en la forma en que tratamos al prójimo”, agregó.
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Este acto marca el comienzo de la Semana Santa, en la que se recuerdan los acontecimientos centrales de la fe católica relativos a la pasión y muerte de Jesús.
Las celebraciones en torno al Domingo de Ramos no culminan con la misa mañanera. A lo largo de la tarde, la parroquia abrirá nuevamente sus puertas para bendecir más ramos de olivo y palmas en dos celebraciones adicionales programadas para las 17:30 y las 19:00, respectivamente.