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Ada Noemí Wanes Franco, de 30 años, falleció el viernes de la semana pasada en terapia intensiva. El día anterior, su bebé Ángel Gael nació muerto por cesárea.
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Los familiares de la mujer y del recién nacido denuncian una mala praxis, pues Ada Wanes acudió al hospital por fuertes dolores, pero la enviaron a su casa, en donde finalmente se descompensó.
El director de la IV Región Sanitaria, Elías Benítez, informó que el equipo médico interviniente, al igual que una comitiva enviada por el Ministerio de Salud, estudiaron el historial médico y descartaron que haya existido una negligencia médica. Se concluyó que la muerte fue debido a complicaciones por dengue grave, sumado a que la embarazada era diabética e hipertensa.
“Se activó el código rojo, como el protocolo así lo dicta. Está todo eso en los documentos, en los papeles. Inclusive, posterior a eso, se le llevó a una cesárea de urgencia, se le practicó una histerectomía, un sangrado profuso, se llamó a Banco de Sangre. O sea, se siguió todo el protocolo, el cual está establecido por el Ministerio (de Salud) y lastimosamente esta mujer no pudo aguantar”, indicó Benítez.
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Pero el dictamen de Salud Pública no convence a los familiares de Ada y Ángel Gael. Su esposo, Osmar Ricardo Fernández, contó que desde hacía un par de semanas ella sentía dolores en el vientre, pero iba a consultar al hospital y los médicos le respondían que eran malestares normales por el embarazo.
En la última ocasión se le hizo una prueba de dengue, que salió negativa, y le dieron el alta médica. Pero tras descompensarse gravemente fue directo a cesárea, su bebé nació muerto, la internaron en UTI y al día siguiente falleció.
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