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Como muchas familias, este fin de semana largo, Teo Urbieta y su esposa decidieron dar un paseo por ciudades lejos de Asunción. El conocido activista de los derechos de las personas con discapacidad señaló que decidieron ir a San Bernardino y, cuando llegó el momento de almorzar, buscaron opciones y optaron por ir a un conocido restaurante de la zona céntrica.
Al llegar a “El Café Francés”, su esposa ingresó previamente para verificar la accesibilidad y también si tenían sitio disponible, considerando que él se encuentra en silla de ruedas y su bebé en carrito. Contó que el mozo le confirmó que podrían ingresar y que él ayudaría.
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“Entonces nos bajamos. Hacía muchísimo calor, justo en ese momento mi hijo comienza a tener una crisis de llanto. Ahí sale una mujer a decirnos que no podíamos entrar, que la cocinera no nos podía atender”, relató.
Señaló que, debido al estrés del momento, decidieron no hacer más consultas y retirarse, pero sintió una discriminación directa hacia su persona. “Nos cayó supermal (...) Miró la silla de ruedas y daba a entender que ese era el inconveniente, sobre todo porque minutos antes fue todo ‘sí, claro, le ayudamos a ingresar’... y veíamos que había otras personas llegando y que había lugar”, lamentó.
Intento de disculpas
Por otra parte, el activista contó que ayer se puso en contacto con él una mujer de origen francés, quien sería la propietaria de la cafetería. Señaló que no hablaba mucho español y la barrera del idioma hizo muy difícil la comunicación.
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“Entendí que lo que manifestó fue que la política del lugar no era la de echar a nadie, que pedía disculpas si eso sucedió, pero no daba para mucho la conversación por la dificultad del idioma”, indicó.
Locales poco accesibles
Teo Urbieta aprovechó para reclamar debido a que existen muy pocos locales gastronómicos que cumplen las normativas legales sobre accesibilidad para sus clientes.
Contó que a diario sufre esa situación y generalmente todo depende de la “predisposición” de los encargados. Sin embargo, resaltó que hay una doble responsabilidad: por un lado por parte de los propietarios que infringen las normativas y por otro las municipalidades que no realizan sus inspecciones ni aplican sanciones.
Finalmente, contó que nunca vivió una situación así. “No podía dejar pasar, por el compromiso moral, tenía que al menos contar lo que pasó”, detalló.
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