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Karina Coronel (28), es una paciente del Instituto Nacional del Cáncer (Incan), diagnosticada con cáncer de mama y metástasis cerebral, pulmonar, en los hígados y huesos. Su condición es terminal y la prolongación de su vida depende exclusivamente de la alimentación enteral que recibe.
Según la denuncia de sus familiares, desde hace varios meses que las fórmulas nutricionales están escaseando en el Incan, generando esto un elevado gasto de bolsillo. Cada lata de leche para alimentación enteral, cuesta unos G. 300 mil, y por mes se requieren al menos de 10 unidades.
“Desde hace varios meses que tenemos la dificultad de la falta de leche, pero se repuso durante unos días en febrero. Pero el viernes pasado, cuando fui a retirar el suplemento, ya me dijeron en el Incan que no hay y que no vamos a tener hasta mayo o junio. Esta situación no solo le afecta a mi hermana, sino a cientos de pacientes”, reclamó impotente Sandra Coronel, hermana de Karina.
“A mi hermana le está matando la enfermedad y a mi me está matando no darle una alimentación adecuada a ella. Mi hermana solo ya depende de esa leche”, dijo Sandra entre lágrimas.
Además de tener que comprar la fórmula nutricional, la denunciante indicó que realiza otros gastos por la falta de medicamentos en el Incan. Refirió que actualmente, además de comprar pañales, que tiene un costo de G. 180 mil por paquete, debe comprar un medicamento oncológico de G. 180 mil la caja, que dura apenas cinco días.
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“Qué hago yo mientras con mi paciente, qué le doy de comer a mi paciente. Somos una familia de bajos recursos, apenas costeamos el pañal y compramos medicamentos, para ahora tener que comprar también la leche que está G. 300 mil una lata. De dónde voy a sacar el dinero para alimentarle hasta esa fecha (junio) a mi hermana”, se lamentó la mujer.
Pacientes recurren a la solidaridad por falta de recursos
Sandra refirió que muchos pacientes del Incan, no tienen otra opción que recurrir a la solidaridad. Afirmó que muchas veces no tienen otra alternativa que organizar hamburgueseadas o polladas para costear los gastos.
“No nos queda de otra que llorarle a los vecinos, a los amigos, vender cualquier cosa para poder alimentarle al paciente. En el Incan le están matando de hambre a los enfermos; ya le están matando sin medicamentos -porque hay veces que no tenemos el remedio y tenemos que estar comprando- y ahora no hay ni suplementos”, lamentó la denunciante.
Sandra indicó que su hermana, consume una lata de leche cada tres días, por lo que el gasto mensual sería de unos G. 3 millones. “Ella se alimenta por sonda, es su único método de alimentación. Consume un litro por día de ese suplemento”, dijo.
Director médico dijo que se están priorizando a internados
El doctor Gustavo Campos, director médico del Incan, confirmó a ABC que existe una carencia de suplementos nutricionales para alimentación parental. Refirió que ante la falta, el hospital está priorizando a los pacientes internados.
“Estamos priorizando a los internados en postoperatorio y terapia intensiva para la entrega de las fórmulas y después a los ambulatorios, según disponibilidad”, indicó.
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Posteriormente, el médico avisó a través de mensajes de texto, que ya se conversó con los familiares de Karina Coronel, y que se harán los esfuerzos necesarios para brindar una solución.
Más tarde, se comunicó a ABC, el diácono Bernardo Figueredo, administrador del Incan. El hombre, alegó que el presupuesto del hospital es ínfimo y que además, desde el Incan deben proveer a otros hospitales públicos.
Citando una ley, que no precisó cuál sería, dijo también que en el Incan solo debe proveer suplementos nutricionales a pacientes internados, no así a pacientes ambulatorios. “Se hace un esfuerzo extra para darles a los ambulatorios también, el presupuesto es ínfimo”, sostuvo.