Para entender lo que es un año bisiesto, hay que saber que aunque los 365 días de nuestro año se refieren al tiempo que tarda la Tierra en completar una vuelta alrededor del Sol, lo cierto es que nuestro planeta invierte un poquito más en dicho viaje: concretamente, 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,10 segundos. Y eso hace necesarios ciertos ajustes.
Ya en el año 45 a.C., Julio César decidió reformar el calendario que regía por entonces en Roma y llamó al astrónomo y matemático Sosígenes de Alejandría, quien para corregir la diferencia entre el año civil y el solar, optó por añadir un día cada cuatro años.
Nació así el calendario juliano, en el que el día adicional se colocó en febrero, que por entonces era el último mes del año. Los romanos lo llamaron el “bis sextus dies ante calendas martii”, algo así como el “doble sexto día antes de las calendas de marzo”, es decir un día intercalado entre el 23 y el 24 de febrero. El año más largo cada cuatro se llamó por ello ‘bisextilis’.
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Año bisiesto: no siempre cada cuatro años
Ya en la Edad Media, sin embargo, varios astrónomos se dieron cuenta de que con el año juliano se producía un error acumulado de, aproximadamente, 11 minutos al año.
Por ello, el Papa Gregorio XIII quiso “perfeccionar” el calendario, ajustándolo más al ritmo de la Tierra, lo que dio lugar al conocido como calendario gregoriano, que rige en occidente desde 1582, y en el que el día extra de los años bisiestos pasó a ser el 29 de febrero.
Además, para eliminar el desfase con el año solar, el nuevo calendario suprimió 10 días de aquel 1582, de manera que del 4 de octubre se pasó al 15; y para evitar que el desajuste volviera a producirse introdujo un sistema de excepciones relativas a los años bisiestos.
La regla es que los años bisiestos son aquellos divisibles por cuatro (como ya ocurría desde que se “inventaron”), pero exceptuando los divisibles por 100, salvo que lo sean también por 400. Por eso 1800 y 1900, por ejemplo, no fueron bisiestos, ni tampoco lo será 2100, pero sí lo fue el año 2000.
El resultado es que el calendario gregoriano, que actualmente se utiliza de manera oficial en casi todo el mundo, cuenta con ciclos de 400 años, en los que hay 97 años bisiestos y 303 comunes, y la diferencia con el año solar, aunque sigue existiendo, es de menos de medio minuto por año. Un desfase con el que tendrán que pasar 3.300 años para que el calendario difiera un día del ciclo estacional.
¿Mala o buena suerte en los años bisiestos?
Tanto los años bisiestos como el día 29 de febrero se han identificado históricamente como excepcionales, lo que ha hecho que estén rodeados de mitos y curiosidades.
A menudo se ha pensado que los años de 366 días traían mala suerte, y de ahí refranes como “Año bisiesto, año funesto” o “Año bisiesto, pocos huevos en el cesto”; y se les ha relacionado con acontecimientos trágicos como el hundimiento del Titanic (1912) o el comienzo de la Guerra Civil española (1936), y con asesinatos de personas relevantes como Ghandi (1948), Martin Luther King (1968) o John Lennon (1980). Recientemente, tampoco ha contribuido a su buena prensa el hecho de que en 2020 (otro bisiesto) llegara al mundo la pandemia del coronavirus.
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En Grecia, además, existe la creencia de que casarse en un año bisiesto trae mala fortuna a la pareja; y claro, peor aún, y si la boda es el 29 de febrero.
También se dice que el 29 de febrero trae mala suerte en Escocia, al contrario que en Irlanda, donde lo relacionan con la buena fortuna y además tienen una tradición: el 29 de febrero la mujer puede proponer matrimonio al hombre, y si él lo rechaza está obligado a hacer un regalo a la chica (antiguamente era un vestido de seda).
Por otro lado, lo poco común del 29 de febrero ha hecho que sea proclamado como el Día de las enfermedades raras.
Los años bisiestos son, además, especialmente valorados por los aficionados al deporte por coincidir con la celebración de los Juegos Olímpicos y la Eurocopa de fútbol, eso sí, con alguna excepción como fue el año 1900, en el que se celebró la segunda edición de los JJ.OO., pero que no fue bisiesto, o el más cercano 2020, cuando debido al covid dichas competiciones se trasladaron a 2021.
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Cumplir años cada cuatro
La probabilidad de nacer un 29 de febrero es baja, de 1 entre 1.461 bebés, según la Sociedad Honoraria de los Nacidos en Día Bisiesto, un club online de casi 10.000 integrantes. Se calcula que en todo el mundo hay en torno a 5 millones de personas que han nacido en esa fecha.
Entre los “bisiestos” famosos destacan el actual presidente del Gobierno español Pedro Sánchez, como también lo son el futbolista del Barcelona Ferrán Torres, el cantante y compositor Mark Foster, el escritor de ciencia ficción Tim Powers, los actores Ken Foree y Antonio Sabato Jr., la modelo y presentadora de televisión alemana Lena Gercke, el rapero Ja Rule o el escritor, músico y actor norteamericano, Saul Williams.
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Ellos, y en general todos los nacidos ese día (los conocidos en inglés como “leaplings”) solo pueden celebrar su cumpleaños en la fecha auténtica cada cuatro años, de modo que el resto de años suelen elegir entre comerse la tarta el 28 de febrero o hacerlo el 1 de marzo.
Y otro dato curioso para esas personas “que cumplen años cada cuatro”: en Estados Unidos hay una localidad, Anthony, en el estado de Texas, que se ha autoproclamado Capital Mundial del Año Bisiesto y que esos años realiza un festival con música y diversas actividades, incluida una cena de cumpleaños para los nacidos el 29 de febrero. Para la de este año ya falta poco, así que ¡Felicidades!.