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Tras la reconstrucción de los apremios físicos sufridos por víctimas de tortura realizada esta mañana en dependencias de la exsede de Investigaciones, el juicio oral y público a Eusebio Torres prosiguió con la presentación de los alegatos finales, oportunidad en que la fiscala Sonia Sanguinés solicitó una condena de 15 años de pena privativa de libertad para el comisario retirado.
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Torres Romero, quien participa en el juicio a través de medios telemáticos, dijo en su declaración que las víctimas y testigos que lo sindicaron como responsable de las torturas sufridas en dependencias policiales lo “confundieron” y trató de “campesinos que no saben de derecho” a los denunciantes.
La defensa del acusado, ejercida por el abogado Federico Hetter, expresó en sus alegatos finales que el Ministerio Público no probó la participación del comisario retirado en los hechos de tortura o que, mínimamente, existe duda respecto a su culpabilidad en el caso. En consecuencia, solicitaron su absolución de culpa y reproche de la presente causa penal.
El Tribunal de Sentencia presidido por el juez Juan Francisco Ortiz, e integrado por los magistrados Manuel Aguirre y Rossana Maldonado dispuso que el juicio oral y público prosiga el martes 20 de febrero, desde las 8:30, con la réplica de la agente fiscal y la dúplica de la defensa. Posteriormente, el colegiado pasará a deliberar y, posteriormente, dar a conocer su veredicto.
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Hechos de tortura fueron probados, según fiscalía
La fiscal Sonia Sanguinés afirmó que en el juicio oral y público quedó probado que el comisario (SR) Eusebio Torres Romero, de 88 años, sometió a todo tipo de tortura física y psicológica a los hermanos Carlos Ernesto y Luis Alberto Casco; y a la esposa del primero Teresa Dejesús Aguilera de Casco, entre los años 1975 y 1976 en la sede de Investigaciones de la Policía de la Capital.
La agente detalló que Carlos Ernesto Casco ingresó al país, desde la Argentina, en abril de 1976 y fue trasladado en una embarcación hasta el Departamento de Investigaciones de la Policía, en Asunción, donde Torres presaba servicio. Estuvo preso e incomunicado, además de recibir diversas agresiones físicas y sociológicas.
En tanto que Luis Alberto habría sido detenido de forma irregular el 9 abril de 1975 en la ciudad de Villarrica por policías que prestaban servicios en la alcaldía del barrio Ybaroty. Luego, supuestamente fue remitido a la Delegación de Gobierno de Guairá. En el lugar, presuntamente fue sometido a apremios y torturas físicas hasta el 12 de abril de 1976, es decir, por el periodo de un año. Posteriormente, fue trasladado al Departamento de Investigacioiones, en Asunción y derivado a un calabozo con otros detenidos políticos.
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A su vez Teresa Dejesús habría sido privada de sus libertad en la vía pública en Encarnación el 2 de abril de 1976, sin orden judicial, y remitida a la delegación del Gobierno de Encarnación, donde sufrió todo tipo de vejámenes.
“Teresa estaba embarazada y tuvo a su hijo en prisión. El terror de tener a tu hijo en la cárcel y no saber qué van a hacer con tu bebé, eso sufrió esta mujer. Además, los policías que la detuvieron le dijeron que su marido ya había muerto”, resaltó la fiscala Sanguinés.
Eusebio Torres “disfrutaba cuando nos torturaba”, afirma víctima
Guillermina Kanonnikoff, víctima de la dictadura de Alfredo Stroessner, aseguró que el acusado Eusebio Torres Romero, de 88 años, disfrutaba cuando torturaba a los presos políticos del régimen autoritario en la sede de Investigaciones de la Policía. Criticó que el comisario retirado haya declarado que las víctimas lo confunden con otra persona.
“Tengo memoria. Las víctimas sabemos muy bien quién es Eusebio Torres y todo lo que nos hizo. Me torturó frente a mi hijo en marzo de 1977. Este desgraciado disfrutaba cuando nos torturaba y ahora quiere negar lo que nos hizo”, expresó la activista por los Derechos Humanos, quien además calificó como “burro” al encausado, por manifestar que lo están procesando por una ley posterior a los hechos de tortura denunciados.
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Kanonnikoff sufrió además la tortura y muerte de su esposo Mario Schaerer Prono, durante la dictadura de Alfredo Stroessner. En la reconstrucción de los hechos de tortura que fueron denunciados en la presente causa, en la sede donde funcionaba el Departamento de Investigación de Delitos de la Policía, mostró a los jueces cómo los presos políticos eran torturados en el lugar por Eusebio Torres.