Caacupé: obispo lamenta la falta de confianza que se tiene hacia los sacerdotes

El obispo de la Diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, presidió la misa en el Santuario Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé. Durante su homilía, cuestionó la poca confianza que se tiene hoy en día en los sacerdotes. “Muchos piensan que no es necesario ir junto a un cura para contarle las penas. Y no solo eso, sino que también no tienen respeto hacia la cultura y se burlan”, dijo.

El obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela presidió la misa en el Santuario Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé.
Monseñor Ricardo Valenzuela presidió la misa en el Santuario Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé.

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Monseñor Ricardo Valenzuela ofició la santa misa dominical en el Santuario de Caacupé. En su prédica habló sobre la poca confianza que se tiene hoy en día en los sacerdotes y lamentó que incluso ya ni siquiera haya personas que vayan a misa para escuchar la palabra de Dios.

“Muchos piensan que no es necesario ir junto a un cura para contarle las penas. Y no solo eso, sino que también no tienen respeto hacia la cultura y se burlan”, dijo el obispo.

Indicó que acusamos a las personas con suma facilidad tan ligeramente y que no nos examinamos a nosotros mismos para ver qué es lo que hay.

“Las creencias existen y prevalecen en el corazón; es el rigor de la ley o es la compasión del evangelio”, agregó.

Recordó a los leprosos y dijo que la fe es lo que da la fuerza a las personas que sufren de alguna enfermedad.

“Tengamos presente que el leproso del evangelio consiguió el milagro de sanar porque se había atrevido a creer, se clavó de rodillas ante Jesús y tuvo fe”, expresó.

“¿Cuál es la peor lepra? ¿Qué lepra tenemos nosotros?”

En otro momento de su alocución, monseñor Valenzuela también hizo énfasis en que como cristianos debemos examinarnos a nosotros mismos e identificar nuestros pecados.

Resaltó que la peor lepra que tiene el ser humano es el pecado, la lepra de nuestra mente, cuando pensamos cosas indignas; la lepra del corazón, cuando odiamos y deseamos el mal.

“Codiciamos lo ajeno y tenemos lepra de las manos cuando nos peleamos, ofendemos, robamos y matamos. Tenemos lepra de los pies cuando transitamos por lugares tenebrosos y con esta lepra del pecado vienen todas las consecuencias. Nos apartamos de Dios, nos alejamos de los hombres, apartamos nuestra alma de los males del mundo”, señaló.

“A veces uno se pregunta cuando estamos tan mal: ¿por qué Dios no nos manda de nuevo el diluvio? Tanto ama Dios al mundo que por eso envió a su hijo para que los hombres sientan la calidez y la ternura en sus carnes, no lo olvidemos”, enfatizó monseñor Ricardo Valenzuela.

En la jornada se pudo observar una importante concurrencia en la explanada de la Basílica con la presencia de familias que acudieron desde diferentes puntos del país para ser bendecidas. Estuvieron presentes peregrinaciones de San Pantaleón, Misiones Argentina; Santa Rosa de Lima, familias de J. Augusto Saldívar, Presidente Franco, Quiindy y Altos.

La animación de canciones religiosas estuvo a cargo del Coro Carlo Acutis de San Lorenzo.

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