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El 18 de enero del 2020, el joven hijo de paraguayos Fernando Báez Sosa fue asesinado a golpes por un grupo de jugadores de rugby, quienes hoy están en prisión pero aún sin condena firme.
En honor a él, sus padres organizaron hoy una “oración interreligiosa por la paz, para mantener viva su memoria”. La convocatoria es a las 20:00, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). “No nos dejen solos”, ruegan los padres en una invitación compartida a través de sus redes sociales.
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Graciela Sosa y Silvino Báez llevan cuatro años luchando por justicia tras el crimen de su hijo. Actualmente, la familia está a la espera de la confirmación de la condena que había dictado un tribunal penal en febrero del año pasado, que dispuso la prisión perpetua para: Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli, por ser coautores del delito de “homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía en concurso ideal con lesiones leves reiteradas”.
Mientras tanto, otros tres involucrados, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi, fueron condenados a 15 años de prisión, al ser considerados “partícipes necesarios”. Sin embargo, los jóvenes condenados han apelado el fallo y aún no queda firme.
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La noche en que Fernando Báez fue asesinado
Fernando Báez Sosa tenía solo 18 años cuando fue asesinado fuera de un local nocturno en Villa Gessel, en la provincia argentina de Buenos Aires, por un grupo de jóvenes jugadores de rugby.
El crimen fue grabado por cámaras de seguridad en la vía pública y por algunos testigos que presenciaron al grupo de ocho emboscando y golpeando a matar al joven, mientras sus amigos intentaban salvarlo.
De acuerdo a la reconstrucción de la Fiscalía de Argentina, los asesinos “se pusieron de acuerdo para darle muerte” a Fernando Báez Sosa. Incluso, se organizaron para esperar que la Policía y el personal de seguridad se alejaran de la zona para sorprender al joven, que salía de un festejo con un grupo de amigos.
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