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Desde hace más de dos meses que la producción nacional de tomate no puede cubrir adecuadamente la demanda interna y que los comerciantes mayoristas y proveedores de supermercados vienen reclamando que se habilite la importación de dicha hortaliza; pero el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) se empeñó en mantener bloqueada la introducción de cosechas foráneas y recién desde el próximo lunes se podrá hacer entregas de las Acreditaciones Fitosanitarias de Importación (Afidi), confirmó en forma telefónica el director de Comercialización del MAG, Ing. Ernesto Sotelo.
“Hasta cuando nos van a obligar a comer esta puerqueza”, se quejaba el miércoles último un comerciante mayorista en sus redes sociales, publicando una foto de tomates de muy baja calidad, dispuestos para la venta en un mercado capitalino, con precios elevados a más de G. 17.000 por kilogramo. En algún momento de diciembre, la cotización al menudeo incluso trepó a G. 25.000 por kilogramo, perjudicando no solo a los consumidores sino a la economía nacional.
Ante esta situación hemos preguntado en el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) si se está analizando la habilitación de la importación del citado producto hortícola, y desde esa institución explicaron que para la toma de decisiones de otorgar o bloquear la importación de ese como de cualquier renglón, el ente espera primero recibir indicaciones precisas desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
En consecuencia hemos trasladado la cuestión al ministro de Agricultura y Ganadería, Ing. Carlos Giménez, específicamente sobre el tomate, señalándole que los comerciantes reclaman que ya no hay suficiente oferta de producción nacional. A su vez, el ministro de Agricultura nos derivó la pregunta al director de Comercialización, Ing. Agr. Ernesto Sotelo.
A su turno, el Ing. Sotelo nos informó que los técnicos del sistema MAG están en permanente comunicación con los productores, pero al ser requerido por alguna foto, de alguna plantación de tomate, que al menos esté en proceso de maduración, solo respondió que tiene una de hace tres semanas, pero ninguna actual sobre cultivos de dicha hortaliza en etapa de cosecha.
Hemos solicitado también en el Senave alguna fotografía que pruebe que el tomate embalado y certificado como nacional sea real y totalmente, porque existe la sospecha de que desde las mismas fincas de producción se estarían ingresando contrabando. El razonamiento es simple porque desde siempre en el Paraguay, durante los meses calurosos de noviembre y diciembre, el cultivo de tomate nacional es muy difícil de llevar con éxito a término, tal como lo venimos publicando desde hace muchos años, sobre todo cuando se alternan días de alto calor y lluvias de forma constante, como fue el caso de esta temporada, según explicaron también especialistas tomateros, que dejaron de intentar seguir cultivando el rubro en esta temporada.
Sin embargo, no tuvimos respuesta del Senave, y solo pudimos acceder a las fotografías que publica en sus redes sociales, en todos los casos, solo vemos cajas de tomates con los productos ya dispuestos en los embalajes suministrados desde la institución; así también cultivos de tomate, en los que no se ve que las plantas tengan frutos en proceso de maduración.
En cuanto al precio del tomate durante diciembre, entorno a las fiestas de fin de año, la caja de 20 kg. se ofrecía entre G. 220.000 y G. 260.000, y este jueves la cotización era de G. 210.000 la caja, según Comercialización del MAG, sobre el monitoreo realizado en el Mercado de Abasto de Asunción.
En cuanto al precio que tiene el tomate en la Argentina, desde el sector comercial indicaron que a nivel mayorista, la caja de 20 kilogramos tendría un costo comparativo de G. 90.000 por caja de 20 kilogramos, de primera calidad. Con esta importante diferencia de precio, de más del 50%, haciendo cálculos estimativos y siendo mal pensados, en un cargamento pequeño, de 800 cajas de tomate, vendiéndolo en Paraguay, se podría generar una diferencia de G. 96 millones, destinando solo un 30% de este monto a la coima necesaria para hacer llegar el producto hasta los consumidores paraguayos. El negocio sería mantener bloqueada la importación, porque cuando el precio local está bajo, gracias al libre mercado, no es rentable el contrabando.