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Médicos del Hospital de Clínicas mencionan que en esta temporada de verano en que se habilitan las playas y piscinas, los bañistas que disfrutan del sol y el calor pueden contraer infecciones bacterianas y otras que afectan la piel, los ojos, tracto oído-garganta; así como pueden ser foco de problemas gastrointestinales.
El médico José Gómez Cantore menciona que en el caso de los cauces naturales como ríos, arroyos, lagos y lagunas son altamente factibles que las personas contraigan infecciones dermatológicas, problemas gastrointestinales, afecciones en oído y garganta.
“Las piletas que concentran gran cantidad de personas como las de clubes sociales y deportivos también cuentan con otro tipo de agentes contaminantes como los productos químicos que se usan para tratar el agua y que también pueden causar irritaciones e infecciones”, sostiene.
Lesiones abiertas en la piel
Las personas con lesiones abiertas o portadoras de alguna patología de base son más pasibles de trasmisión de infecciones y hongos.
Irritaciones en los ojos
Tanto las bacterias como los productos químicos que se usan para depurar el agua, pueden causar irritaciones e infecciones en los ojos, como la conjuntivitis y otros.
En el caso de las piletas que son tratadas, no existe la certeza de una efectividad del 100% sobre la depuración de aguas, por ello es necesario usar los lentes que sirven para entrar al agua como modo de protección.
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Faringitis o faringoamigdalitis
Debido al calor excesivo se hace inevitable el consumo de bebidas muy frías que muchas veces causan alguna irritación en la garganta.
Los bruscos cambios de temperatura y el uso del aire acondicionado producen un choque de calor a frío en las fosas nasales y garganta.
En estos casos también se aconseja consulta médica a fin de descartar otros tipos de infecciones más profundas.
Recomendaciones
- Moderar el tiempo de permanencia en el agua: no más de 20 o 30 minutos seguidos en la piscina.
- Descansar fuera del agua al menos 30 o 40 minutos antes de volver a nadar.
- No mojarse los oídos en la ducha y nunca lavar con jabón o champú el conducto auditivo.
- Ante otitis muy rebeldes el médico puede recomendar el uso de tapones.
- No usar hisopos para limpiar el oído.
- Consultar con un especialista si el niño se queja de picazón o dolor de oídos.