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Josefina Savorgnan Tumino tiene 4 hijos, 11 nietos y 4 bisnietos; escritora y profesora de arreglos florales, ha vivido 85 navidades, de sus recuerdos tomamos algunos navideños con sabores, aromas y alegría familiar.
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De las tradiciones paraguayas en Nochebuena rescató el pesebre de arcilla con hojas de ka’avove’i, que se compraba del Mercado número 4. Bajo este techo natural se colocaba el rancho a dos aguas de paja donde se colocaba a los personajes principales: la madre María, el padre San José y el Niño.
Se adornaba con uvas, ciruelas, mangos. Y frente al pesebre estaba la imponderable flor de coco. Son los frescos perfumes que se disfrutaban.
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Navidad del Paraguay: pesebres grandes
Los animales, los pastores y los Reyes se disponían en un metro y medio aproximadamente. tenía colgadas las chipitas, y en el borde iba la sandía y la piña.
Josefina es descendiente de italianos, hermanos y primos, recorrían el barrio. “A donde íbamos alabábamos el pesebre y nos convidaban con naranjín, chipa, sopa paraguaya y golosinas”, indicó.
“Recuerdo a una familia alemana en el barrio Sajonia con un pesebre grandioso, nos alababan los vestidos, y nos convidaban pan dulce. En la noche de Navidad tomábamos el clericó”, destacó.
Navidad del Paraguay: ¿qué había en la mesa?
- Pollo relleno en rodajas.
- Desde temprano se escuchaba el ruido de los morteros, donde se pisaba el maíz para el chipa guasú.
- La harina de maíz para la sopa paraguaya se compraba del Mercado 4. Todo se preparaba en la casa.
- Los postres eran invariablemente ensalada de frutas y pan dulce.
- Se tomaba clericó y sidra.
Aromas inolvidables y canciones
Nuestra entrevistada se emociona cuando describe que en su casa siente el mismo perfume que tenía cuando su mamá vivía. Porque la Navidad en Paraguay tiene aromas inconfundibles. Las recetas de las comidas eran sacadas del libro de Doña Petrona.
Se cantaban canciones de la iglesia, años después villancicos, Navidad de flor de coco, y “Dos trocitos de madera”.
“Los niños recibíamos regalos en casa de mi abuela, algo que nos encantaba a todos los primos. Estaban como hoy al pie del arbolito y el pesebre. Era muy familiar, menos pomposa”, dijo.
Por entonces la celebración se hacía en el patio, que luego pasó a ser el quincho. A las 12 la familia iba a la misa del gallo.
Este año Josefina preparó un pesebre chico y otro completo, según nos contó. A las 9 de la noche leerán un pasaje de la Biblia que decribe el Nacimiento de Jesús. Luego pedirán deseos para la familia y todo el Paraguay.
Aconsejó no exagerar con la comida ni la bebida, y descubrir el sentido de la Navidad, una alegría que nace y motiva a ser mejores.
“Tenemos que hacer algo bueno por el lugar donde vivimos en todo sentido, mantener la amabilidad con los vecinos, la honestidad, cuidar nuestro ambiente, la naturaleza”, resumió.
Navidad del Paraguay: una gruta de plantas
Walter Fernando Díaz Ayala (conocido como Fernandito Yaguaron), gestor cultural e investigador, también nos habló de las costumbres paraguayas.
El tradicional pesebre tenía:
- Una pequeña gruta de laurel hu.
- ka’avove’i.
- Tacuarillas.
- Caña de Castilla.
“La gruta se decoraba con chipas, caramelos, chupetines; antiguamente se colocaban huevos de pajaritos (tortolitas, tero tero) recolectados por los niños en los montes”, manifestó.
Según recordó también se usaban huevos de gallinas, a los que se hacía un agujerito, la sustancia se utilizaba para la chipa y la sopa. Luego la cáscara se pintaba con esmalte, urucú -semilla de color rojo de planta tintorea- y se colgaban”.
De los envoltorios de los caramelos, el cuatiá vera, se hacían flores. Y el papel se cortaba en tiritas para adornar el patio que siempre tenía una parralera o jazminero junto al pozo de agua.
La oración y la comida
- Antes de la cena se rezaba, y en la mesa se disponía la sopa paraguaya, chipa guasu y el ryguasu Ka’ẽ.
- Los postres eran: arroz con leche, dulce de zapallo, andaí, y la bebida el clericó.
Según Fernando se sigue manteniendo la tradición de recorrer los pesebres, especialmente en el interior. Se lleva alegría, se reza un ratito y luego el jepo’o del pesebre, que significa regalar las uvas.
“En Nochebuena los niños pueden beber el clericó que se hace de frutas picadas, jugo y vino tino semi dulce”, detalló.
“Navidad es el sonido de la cigarra, el perfume de la flor de coco y reunirse con la familia. Muchos vendrán de otros países y desde Asunción irán al interior” puntualizó.
Navidad es una magnífica oportunidad para volver a nacer, un regalo de Jesús, una fiesta en la que más que nunca tenemos que valorar la paz.