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La Peregrinación del Movimiento Shoenstatt desarrolló la santa misa en honor a la Virgen de los Milagros en Caacupé.
El presbítero Martín Gómez expresó que es un orgullo para toda la raza humana venerar a la Virgencita azul, que es madre de todos los paraguayos. “Esta madre nos llena de alegría por ser hijos de una madre como María Inmaculada”, señaló.
Mencionó que en Paraguay se celebra con amor porque ella es la madre de todos los paraguayos.
“En todas las iglesias se dedica un tiempo a la eucaristía. Dediquemos nosotros también un tiempo, una semana o lo que podamos, para adorar a nuestra madre”, resaltó.
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Fortalecer la oración
El presbítero Gómez hizo énfasis en que no hay que olvidar la importancia de fortalecer la oración porque la oración es fundamental para la vida de fe y para la vida cristiana. Si uno no reza, poco a poco se va apartando de Dios y su fe se apaga por completo, según refirió.
“La oración es para el cristiano, es para el cuerpo. Si no rezamos, muere nuestra fe, muere la vida. Orar es como un diálogo de amor con el señor, como el que podemos tener con una persona que amamos”.
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“La oración nos da la fuerza divina para luchar contra el pecado y contra los vicios”, sostuvo.
Insistió que la oración nos pone en contacto con el espíritu santo para que el sea el que nos guía en nuestras vidas. “Hay que unirse más en oración con la Virgen María y todos los santos para llevar una vida con la alegría y fe renovada”, enfatizó el presbítero Martín Gómez de la Peregrinación del movimento Shoenstatt.