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Griselda Yudice, de Opama, mencionó denigrantes situaciones como las reguladas, la inseguridad y la condición inhumana en que se viaja a diario mediante al transporte público de pasajeros.
“Decidimos venir a manifestarnos frente a la oficina de Jaha, una de las empresas donde César Ruíz Díaz es accionista porque consideramos que esta situación del transporte público no puede seguir así”, dijo Yudice.
“Evidemente no van a escuchar los reclamos a las buenas, entonces empezamos a manifestarnos frente a su oficina porque ellos, cuando se reúnen, los empresarios y los representantes del gobierno no nos tienen en cuenta, no nos invitan, no nos escuchan”, declaró.
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Según la activista las decisiones que toman los empresarios “no toman en cuenta la situación en que nos encontramos nosotros, nosotras, que realmente es una falta de respeto”, aseguró.
Viajes inseguros en el transporte público
“Viajamos de una manera insegura, inhumana, nos pasamos más horas esperando colectivo y en los propios buses que con nuestras propia familia, porque tenemos que esperar horas, viajar horas otra vez para llegar a nuestras casas, a nuestro trabajo. Esto es insostenible”, se quejó.
Yudice indicó que entienden que lo que hacen estas empresas no es altruismo. “Ellos no nos están haciendo un favor; ellos reciben el dinero a cambio de un pésimo servicio. Eso no puede ser”, expresó.
Explicó: “Nosotros, nosotras le pagamos un pasaje, nuestra parte; el Estado les paga la parte subsidiada pero nosotros no vemos ninguna mejora. Al contrario cada vez más buses chatarras”.
Estado tiene que garantizar que buses estén en condiciones
En cuanto al subsidio que reciben las empresas, la joven apuntó, “se tiene que mejorar el control y la sanción porque si el Estado pone tanto dinero tiene que haber una contrapartida en servicios”.
“El Estado tiene que garantizar que esos buses estén en condiciones, que estén circulando, y que las personas nos podamos mover tranquilamente, dignamente, no tener que sufrir, no tener que viajar en la estribera, no tener que sufrir que el colectivo se descompone después de esperar horas”, reflexionó.
Tampoco olvidó que los pasajeros sufren con el calor cuando el aire no funciona o gotea. “Es inhumano como estamos, el Estado esta invirtiendo demasiado dinero, y evidentemente sin ninguna contrapartida para la ciudadanía”, finalizó.