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Un estudiante del noveno grado del colegio técnico Subvencionado San Miguel de la localidad de Villa Elisa, propiedad del político colorado y exparlamentario Mario Morel Pintos llevó una granada de práctica a la institución y causó un gran revuelo.
Los profesores y padres realizaron una verificación de las mochilas de los alumno, y grande fue la sorpresa cuando en una de las carteras encontraron un artefacto explosivo, es decir, una granada de mano. Inmediatamente activaron el protocolo y convocaron a las autoridades educativas y policiales.
A la referida casa de estudios llegaron los bomberos, personal de la comisaría jurisdiccional y especialistas en explosivos. Afortunadamente la granada no era peligrosa porque se trataba de un artefacto de práctica; no tenía anillo de seguridad ni producto químico, explicó el especialista.
Con la detección del explosivo en la mochila del alumno generó una gran preocupación dentro de la casa de estudios, pero solo después de la presencia de los especialistas en explosivos se pudo recuperar la calma en el lugar.
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Según los directivos, ya en una ocasión los estudiantes introdujeron petardos dentro de la institución. Esa vez también gracias a los controles de mochilas se pudo detectar y evitar, quizá, una tragedia.
“Con la presencia de algunos padres y docentes se realizan los controles de mochilas en cualquier momento y hoy nos dimos un gran susto al detectar una granada en la cartera, pero, afortunadamente, no era peligroso porque era solo de práctica; no tenía anillo de seguridad ni químicos, pero sí el peso de una granada”, expresó el director general, Mario Morel Pintos.
Por su parte la directora pedagógica de la institución, Mirna Morel, comentó que apenas se detectó el artefacto y para resguardar la integridad de toda la población, se activó el protocolo y se convocó a las autoridades de la supervisión, bomberos y la policía local.
El alumno involucrado sería hijo de un personal militar que tenía el artefacto en la casa. El niño de manera inocente llevó a la institución para mostrar a sus compañeros, pero por suerte no tenía productos explosivos y no pasó a mayores.
La casa de estudios funciona de mañana y tarde, del jardín al tercer año de la media. Normalmente los chicos del último año amenazan con hacer mucho ruido en las despedidas, según aclaró el propio director general, y si la granada fuese real no solo se haría ruido, sino la desaparición física del colegio.