El arquitecto Eduardo Alfaro habló sobre los cambios que se vienen ejecutando en la Basílica de Caacupé y expresó que se encuentra muy indignado por todo lo que ya se hizo y se sigue haciendo por el santuario de todos los paraguayos.

El proyecto original de la Basílica de Caacupé fue de su abuelo Miguel Ángel Alfaro y por ende considera que no se protege ni se está protegiendo el diseño arquitectónico e histórico de la iglesia.

Manifestó que la obra que se realizó ahora en la escalinata del santuario “es una falta de respeto a los feligreses porque no se cuida un lugar sagrado”.

Indicó que hace poco nada más habían hecho como un depósito para los equipos en la parte frontal de la iglesia dañando así el diseño que se tenía. “Ahora nuevamente vuelven a tocar la parte frontal, agregando algo completamente innecesario en las gradas del santuario”, dijo Alfaro.

“A mi abuelo le pidieron una basílica, no un santuario. Entonces, acorde con la expresión de este pueblo, él creó una verdadera obra de arte para nuestra Virgen de Caacupé, madre de todos los paraguayos católicos. Sin embargo, hoy en día esa gran obra se redujo a un santuario, muy parecida a una mezquita árabe porque no representa la fe del pueblo paraguayo”, resaltó.

“Desde hace muchos años vienen mutilando el diseño del santuario y por eso ya no es de extrañar que lo sigan haciendo, pero estoy muy anonadado”, expresó el arquitecto.

Calificó como una aberración que se haga una construcción en plena grada de la basílica. “Aquí no solo se daña la parte de la arquitectura sino también la parte espiritual y religiosa. Pido públicamente que paren con esa obra y me extraña mucho que el obispo responsable lo permita”, dijo.

Añadió que “solo en Paraguay ocurre este tipo de cosas por la falta de cultura de la gente, permitiendo así que el santuario de los paraguayos pierda completamente su pureza. No puede ser que en otros países las basílicas se respeten y en el nuestro, no. Esto es una vergüenza”, enfatizó el arquitecto Eduardo Alfaro.

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Historia de la Basílica de Caacupé

Un 21 de febrero de 1940, el arquitecto Miguel Ángel Alfaro entregaba al arzobispo Juan Sinforiano Bogarín el proyecto final del edificio que tenía la fachada que se desplazaba sobre la actual plaza.

A lo largo de los años, dicho santuario fue sometido a varios cambios y construcciones que hace que la Basílica luzca diferente a lo que fue su diseño original. Actualmente, se puede visualizar una cabina que se construyó para controlar el sonido que se genera durante las misas y también una especie de caja que se construyó para canalizar el sonido de los equipos.