Cargando...
El aumento de las aguas del río Tebicuary comienza a inundar los campos de los pequeños, medianos y grandes productores de ganado en la zona de Ciervo Blanco, distrito de San Juan de Ñeembucú, en la zona norte del departamento.
Lea más: Pobladores exigen apertura de compuertas y el MOPC se opone por falta de garantías
La crecida del río deja sin pastizales al ganado vacuno, equino y ovino. Ante esta situación los productores sacan sus animales de las zonas inundadas y buscan un piquete más alto para mantenerlos con vida.
La situación se vuelve cada vez más complicada en la zona, existen familias que quedaron aisladas, debido a la riada y al pésimo estado de los caminos, inclusive en varios tramos los puentes fueron desmoronadas por las intensas precipitaciones.
Según el doctor Antonio Olmedo, médico veterinario del Servicio Nacional de Salud Animal (Senacsa), en la zona existen numerosas familias que se dedican a la cría de ganados mayores y menores por lo que es muy necesario brindar una asistencia a los mismos.
El intendente municipal de la ciudad de San Juan de Ñeembucú, Aldo Sixto Armoa, indicó que la situación es muy crítica en la zona y que existen más de mil cabezas de ganado de los pequeños productores que están en peligro ante la acelerada crecida del río Tebicuary.
“En la zona de Ciervo Blanco existen más de mil cabezas que pertenecen a los pequeños productores. El agua está agarrando la pastura y los animales se quedan sin alimentos y ellos están muy preocupados”, explicó.
Aclaró que si bien en la zona no existen familias dedicadas a cultivos agrícolas, sí existen 50 familias dedicadas a otros rubros y que son perjudicadas por la subida del río Tebicuary.
Sin motobombas y los vecinos siguen inundados en Pilar
A punto de cumplirse las 24 horas, plazo que establecieron las autoridades locales para instalar las motobombas en la estación de control sobre el arroyo Ñeembucú, y hasta las 12:30 del mediodía de este viernes, aún no llegaron.
Los vecinos de los barrios Valle Apu’a, Medina y Yataity, afectados por la subida del arroyo Ñeembucú, siguen apostados en el lugar esperando la llegada de los equipos y que puedan trabajar para desagotar el lado de la inundación.
Cabe recordar que la estación de control fue construida sobre el arroyo Ñeembucú, supuestamente para nivelar el nivel del agua del arroyo con el río Paraguay; sin embargo, la intervención de la mano del hombre sobre el arroyo perjudica a los vecinos de esta zona inundando sus viviendas, calles, campos y chacras.
Los vecinos solicitan a los técnicos del MOPC que se vuelva a reevaluar todo, para que no exista más ningún inconveniente con cada lluvia. Insisten que la estación de control y el canal de derivación no funcionan, que el agua no se desvía por los canales artificiales para seguir su curso normal.
Sin embargo, el superintendente del Consorcio CTC, René Gómez, encargado de la obra de la defensa costera de la fase A, asegura que el canal de derivación funciona correctamente y se opone a abrir las compuertas para el paso del agua. Los vecinos manifiestan que lo que se aprecia como una maravilla se convierte en pesadilla.