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En la búsqueda de un mundo mejor, en paz y con pleno ejercicio de todos los derechos para todas las personas, activistas, defensores y defensoras de diversas causas, religiones y creencias, dialogaron hoy en la ciudad de Asunción, en el Seminario Internacional “Creo y defiendo”, para aportar a la construcción de ese camino.
“Reivindicamos la importancia de defender que todas las personas somos iguales en dignidad y derechos, así como libres de profesar nuestras creencias, fe y espiritualidad, ratificando que un derecho clave es el derecho a la libertad de religión y de conciencia. Afirmamos que la mirada de fe y la perspectiva de derechos humanos no son antagónicas, sino orientadas a horizontes comunes”, reza parte de su manifiesto.
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Agregan que desde la fe se piensa en el bien de las personas y desde los derechos se trabaja para lograr que el bienestar se concrete.
Construcción de sociedades abiertas y populares
Las organizaciones expresaron que ambas visiones contribuyen a la construcción de sociedades abiertas y plurales, respetuosas de las libertades y la diversidad, entendiendo que el fenómeno religioso es profundamente humano y que, al igual que otros ámbitos, está cruzado por relaciones de poder.
“Por ello es necesario comprender que las religiones no deben ser instrumentos de dominación, sino de unificación y de apuesta a la paz y al cese definitivo de las violencias existentes por razones de credos, incluyendo y respetando a las minorías, promoviendo prácticas pacificadoras, entendiendo la diversidad humana, los derechos individuales y colectivos, y asumiendo los principios de libertad e igualdad”, indican en el documento.
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Exigen el respeto a la espiritualidad de los pueblos indígenas y a sus cosmovisiones, hoy atacadas incluso con violencia hacia sus líderes espirituales, como ha sucedido el día domingo 22 de octubre con el asesinato de Arnaldo Benitez Vargas tekoa ruvicha Paĩ Tavyterã, que deploran profundamente.
Apelan a base humanista de las religiones
En el manifiesto apelan a la base humanista de las religiones y a la estrecha relación entre el activismo y la fe en torno a la igualdad, la no discriminación y la democracia, para que todas y todos podemos defender los derechos humanos.
“Sostenemos que sin derechos no hay igualdad y sin igualdad no hay paz, entendiendo que la paz es, además de la ausencia de guerras, la garantía de justicia y dignidad para toda la humanidad y que la dignidad humana exige el cese de la discriminación, la intolerancia y los discursos de odio, porque impiden la convivencia y generan barreras entre las personas”, aseveran.
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Hablan de la necesidad de diálogo y respeto para todos los seres humanos y precisamos generar espacios de encuentro y entendimiento hoy más que nunca, frente a tantas injusticias y frente a tanta cultura de violencia y hostilidad.
El diálogo como camino para la valoración de la diversidad
Las organizaciones reivindicaron el diálogo como un camino para la valoración de la diversidad, considerando que como personas, habitamos distintos cuerpos, culturas y territorios. y precisan mirar todas esas habitabilidades que nos caracterizan, nos forman como seres humanos y van más allá de la creencia, de la religión. La fe, la espiritualidad y los derechos cobran sentido conjunto si se le suma siempre uno más: la inclusión nuestra.
“Reconocemos a las familias en toda su diversidad y el rol del Estado en la educación de los niños y niñas, sin su utilización para campañas de odio y división, que instalan brechas muy distantes a las de la libertad religiosa, la paz, la unión, la igualdad de las personas, la inclusión y la diversidad”, manifestaron.
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Además, aseguran que defienden la libertad religiosa como un derecho basado en la libertad de conciencia para establecer no solo un principio de reconocimiento, sino un mecanismo de convivencia que respeta las creencias, las libertades y la diversidad de vivencias.
Exigen que gobiernos sean promotores de cultura de la paz
En el manifiesto demandan y exigen que los gobiernos cumplan con su responsabilidad de ser promotores de culturas de la paz, donde todas las personas tengan garantizados sus derechos.
“Nos comprometemos a ser parte de la respuesta, a ser defensores y defensoras de la democracia y de la dignidad de todas las personas, y a seguir propiciando espacios de diálogo y encuentros entre la fe y los derechos humanos, para hacer que un mundo más justo y solidario sea realidad”, finaliza el documento.
El seminario estuvo organizado por el Centro de Documentación y Estudios, Cristianos Inclusivos del Paraguay, Diakonia, Memetic.Media y Servicio Paz y Justicia Paraguay.