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La fiscala Carolina Martínez solicitó prisión preventiva del pastor de 71 años de edad, denunciado por abusar de una niña de 11 años de edad. Sin embargo, la jueza Norma Salomón decidió otorgarle arresto domiciliario.
Salomón fijó una fianza real de G. 100 millones y como garantía fue presentado un inmueble. La magistrada dispuso control de la Policía Nacional de forma aleatoria en el domicilio del pastor y prohibición de salida del país del procesado.
La jueza Norma Salomón explicó que “el arresto domiciliario se le dio en base a lo que dispone el artículo 238 del Código Procesal Penal, que establece que las personas mayores de 70 años de edad no podrán ser objeto de una prisión preventiva. Este señor acreditó por los medios idóneos que tiene 71 años de edad y ese es el principal fundamento, además de la fianza real y que fijó un domicilio distante de la presunta víctima”.
El abogado Rafael Sosa, defensor del pastor, dijo que se cumplió con todos los requisitos para que su cliente pueda ser beneficiado con el arresto domiciliario. “Cada caso tiene su particularidad, y hay que cumplir de acuerdo al hecho punible que se le atribuye”, señaló.
La representante del Ministerio Público, Carolina Martínez, había solicitado la prisión preventiva del presunto agresor para salvaguardar la integridad de la niña, debido a que de acuerdo a su argumento es vecina del pastor. También porque el líder religioso ya había burlado la decisión de la justicia al violar la prisión preventiva que pesaba sobre él en otra causa en el que también fue denunciado por abuso sexual en niños, mencionó la fiscala.
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El caso ocurrió en julio de este año
Según la denuncia, la niña le contó a sus familiares que el pastor ya había abusado de ella en otras ocasiones. En la primera oportunidad, la habría sometido en el interior de un templo, donde el pastor le habría abrazado por detrás, luego a la fuerza la puso sobre una mesa y la manoseó, según el relato.
En esa oportunidad, no fue consumado el coito debido a que el supuesto autor soltó a la niña cuando escuchó un ruido e inmediatamente le pidió que no contara y que si lo hiciera le haría daño a su familia.
El otro caso, según la denuncia, se produjo dentro de un motel. El hecho se habría registrado cuando familiares de la víctima consintieron que la niña acompañara al pastor para comprar víveres, ya que el religioso ayudaba a las familias de esa manera. Aparentemente en esa ocasión la víctima habría sido llevada a un motel y al percatarse de dónde había sido llevaba empezó a gritar y salió del sitio.