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A casi una semana de la toma de la cárcel de Tacumbú por el clan Rotela, se reanudaron ayer las visitas a los internos en medio de una tensa calma. Un importante número de efectivos de la dirección de Apoyo Táctico se encuentran en alerta permanente para reaccionar ante un nuevo amotinamiento, según confirmaron fuentes de la Comandancia de la Policía Nacional.
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Mientras el gobierno insiste en que está todo bajo control, un grupo de guardiacárceles se niega a regresar al penal y exige garantías para trabajar.
En la jornada de ayer, solo 12 de guardiacárceles ingresaron para trabajar, mientras que otros 50 funcionarios siguen apostados frente al penal exigiendo garantías para volver al trabajo. Estos recurrieron al aporte de los mismos compañeros para una olla popular.
Los mismos trabajadores penitenciarios denunciaron que los pocos guardias que accedieron tienen el control de apenas dos pabellones, el de Baldosería y el de Admisión, las que están pegadas a las oficinas administrativas, el resto del penal a partir del portón 7 ya se encuentra bajo el dominio del clan Rotela.
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Supuestamente, los miembros de esta organización criminal efectúan recorridos en grupos de 10 en el interior de la cárcel para mantener el orden. Los miembros de estas patrullas son conocidos como “Linces” y se encargan de aplicar un “correctivo” a los internos que son sorprendidos generando disturbios en los pasillos.
Se supone que los “Linces” también ayudaran en dar seguridad a las personas que ingresan durante para visitar a sus parientes que están recluidos en el lugar.
Crimen durante motin en la cárcel de Tacumbú habría sido por venganza
Durante el amotinamiento del mates último, que fue encabezado por el jefe del clan Rotela, Armando Javier Rotela Ayala, uno de los internos identificado José Carlos Giménez, de 35 años, alias Checho’i fue asesinado a puñaladas, al principio se dijo que este fue ultimado porque se negó a unirse a la rebelión. Sin embargo, ahora surgen datos que el reo fue asesinado en venganza por un crimen anterior, que el cometió y cuya víctima fue un miembro del clan Rotela.
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Los guardiacárceles que se rehusan a volver a trabajar en Tacumbú mientras el sitio permanezca en poder de los criminales señalaron ninguna autoridad del ministerio de Justicia se comunicaron con ellos para tratar de solucionar el problema.