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Desde ayer, dos mujeres se declaran en huelga de hambre y protestan frente a la sede de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) por el “despido masivo” de 590 funcionarios, cuestionando que la promesa de “austeridad” de la nueva administración de la proveedora estatal de agua afecte a los funcionarios de menor ingreso y no a directivos y funcionarios comisionados con salarios altos.
Laura Uliambre, una de las funcionarias en huelga de hambre, indicó que, si bien ella no fue desvinculada, se manifiesta en solidaridad con sus compañeros despedidos -entre ellos su hijo-, la mayoría de los cuales trabajaban en cuadrillas operativas, electromecánica o en la planta de tratamiento de agua de Viñas Cue.
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“No estamos defendiendo a compañeros planilleros que venían a marcar y rajarse (…) Estamos defendiendo a los que trabajan y tienen funciones específicas”, dijo.
Austeridad
Uliambre cuestionó la forma en que el presidente de la Essap, Luis Bernal, implementa su política de “austeridad”, señalando que se está perjudicando a “gente con sueldos mínimos”, mientras que funcionarios comisionados mantienen salarios de alrededor de 15 millones de guaraníes.
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Consultado ayer sobre si las personas desvinculadas no cumplían funciones, Bernal dijo que hay personas que tienen oficina, equipamiento y cumplen horario, pero “no precisamente eso se traduce en una productividad o que están cumpliendo una función esencial dentro de la institución”.