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Constantemente se registran grandes embotellamientos en la zona de Artigas y la Policía Nacional no libera los bloqueos ni logra llegar a acuerdos con los indígenas que protestan. El comandante de la Policía Nacional, Carlos Benítez, admitió esta mañana que mucho no pueden hacer para garantizar el libre tránsito en caso de bloqueos de dicha avenida, debido a la problemática social que rodea a las comunidades que llegan a protestar para exigir derechos humanos básicos.
No obstante, indicó que la avenida Artigas es una vía principal que se ve muy afectada por los cierres y por ello se encuentran trabajando en alternativas para solucionar el problema vial.
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“Es un tratamiento complejo porque estamos trabajando con Indi, atendiendo a que (los que protestan) son de pueblos originarios, el tratamiento difiere de lo que es darles un tratamiento a los demás ciudadanos, dependemos mucho del nivel de cooperación que podamos hacer con Indi”, añadió.
Confirmó que se ha discutido la posibilidad de trasladar la sede del Instituto Paraguayo del Indígena, ubicada sobre la calle Artigas. “Está en mesa de trabajo, es muy probable que con el transcurrir del tiempo se pueda llevar adelante, modificar un poco, cambiar o mudar, atendiendo a que todos los reclamos llegan hasta ese punto y dificulta el tráfico en ese sitio”, añadió.
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Un problema de nunca acabar
Ante la falta de respuestas por parte del Indi, las veredas de la avenida Artigas están permanentemente ocupadas por comunidades indígenas que se alternan para viajar a Asunción y reclamar derechos humanos básicos, como acceso a educación, agua potable y electricidad, además de titulación de tierras y asesoramiento para cultivos, por ejemplo.
Sin embargo, generalmente solo reciben promesas o algunos kits de víveres, por lo cual regresan a sus comunidades de manera temporal y meses después retornan a la capital para seguir con el interminable ciclo de protestas.
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