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Monseñor Amancio Benítez presidió la misa de las 07:00 ayer en la Basílica de la Virgen de los Milagros de Caacupé. La celebración eucarística fue completamente en guaraní y al finalizar hubo presentación de danzas paraguayas. De esa forma se realizó un festejo anticipado del Día del Folclore Paraguayo que se conmemora mañana y del Día del Idioma Guaraní que se recuerda el 25 de agosto.
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El prelado enfocó la homilía en la necesidad de preservar las buenas costumbres del paraguayo. En ese contexto dijo que los domingos deben ser dedicados a Dios, asistiendo a misa, visitando a los más necesitados, a los ancianos enfermos, para compartir con la familia, con la madre.
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Lamentó que muchas veces las personas aprovechan para dormir o embriagarse y maltratar a la familia, o participar de juegos. Esto ocurre porque no ponemos en primer lugar a Dios en nuestras vidas, expresó.
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El dinero del pago de impuestos
En otro momento, deploró que haya personas que cuando tienen oportunidad de administrar el dinero ajeno se dediquen a robar. Es una mala costumbre que hay que erradicar, dijo.
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Añadió que los recursos generados mediante el pago de impuestos por los ciudadanos y que ponemos en manos de nuestras autoridades son para que inviertan en el bienestar de la población.
Sin embargo, muchas veces no hay médicos ni medicamentos en los hospitales y muchas madres no saben a quién recurrir cuando tiene a su hijo enfermo. “Esto no ocurre porque seamos pobres como país”, dijo.
Discurso de Santiago Peña y la realidad
Recordó que en su discurso inaugural el presidente de la República, Santiago Peña, dijo que el Paraguay volverá a ser grande y que el Paraguay tiene mucha riqueza. Resaltó que es verdad, ya que tenemos un país bendecido con recursos que nos permiten dar de comer a cien millones de habitantes de otros países, pero hay compatriotas hambrientos.
Esa triste realidad de muchos compatriotas debe dolernos y avergonzarnos, ya que tenemos muchos alimentos, pero no les alcanza a todos. Hay compatriotas que tienen los mejores servicios hospitalarios y otros que no acceden a medicamentos ni a atención médica, subrayó.
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“Tenemos la energía generada por Itaipú y Yacyretá que en los discursos producen recursos para que la población viva mejor, pero sería bueno que los discursos pasen a la realidad”, enfatizó.
Finalmente, monseñor Amancio Benítez instó a preservar las buenas costumbres del paraguayo y que no permitamos que la sociedad paraguaya se contamine de la forma de ser de otros países que buscan destruir nuestras familias.
El coro del Santuario fue acompañado por el afamado grupo caacupeño Las Paraguayas.
Luego de la misa la concurrencia pudo disfrutar de presentaciones de danzas paraguayas por academias de Caacupé, Eusebio Ayala, Piribebuy y Tobatí, con animación de Las Paraguayas.