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La jornada en la Ciudad Heroica empezó a tempranas horas con un solemne acto que se realizó a las 5:30 de la mañana, con salva de cañones que se llevó a cabo en la Plaza de los Héroes.
Posteriormente, a partir de las 8:00, al son de la Marcha de Piribebuy, se dio apertura al desfile cívico con la participación de unas 45 instituciones, la Dirección del Material Bélico y el Comando de Artillería que desfilaron con honor y patriotismo sobre la calle General Díaz.
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Estuvieron presentes el intendente de la ciudad Blas Manuel Gini Cristaldo (PLRA), el director de Cultura, Daniel Espínola, concejales y autoridades locales.
Asimismo, se pudo visualizar la algarabía de los jóvenes, niños y adultos que acudieron para participar del tradicional desfile que emociona a toda la comunidad.
En el marco del acto cívico los alumnos de la escuela Fidencio Pérez optaron por hacer una puesta diferente y realizaron una emotiva representación teatral del momento del fusilamiento del Mariscal Francisco Solano López.
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Los pequeños también marcaron presencia y se lucieron desfilando con los tradicionales atuendos típicos paraguayos.
Se tuvo una importante concurrencia de la comunidad y de turistas que acudieron de diferentes ciudades como Caacupé, Altos, San Bernardino y Atyrá.
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Historia
La Batalla de Piribebuy ocurrió el 12 de agosto de 1869 y es considerada una de las más sangrientas de la Guerra de la Triple Alianza, donde el Ejército Paraguayo defendió con heroísmo la soberanía nacional. En aquel entonces Piribebuy era convertida en capital de la República en 1869.
La defensa de esta plaza se encomendó al teniente coronel Pedro Pablo Caballero, quien con un grupo de 1.600 hombres, mujeres y niños, enfrentaron al enemigo que apareció en la zona el día 10 de agosto con más de 20.000 hombres de las tres armas, y con 35 piezas de artillería. Según datos, con las primeras luces del 12 de agosto de 1869, la maniobra de envolvimiento estaba terminada, haciendo llegar al jefe de la defensa una intimación para dejar sus armas por parte del comandante aliado, la respuesta del teniente Coronel Caballero fue tajante y dijo: “Estoy aquí para pelear y morir si es necesario, pero no para rendirme”.
Ante la decisión de los defensores de Piribebuy, los aliados realizaron un fuerte bombardeo sobre la ciudad, desde todas las direcciones, y los sucesivos asaltos fueron rechazados con enormes pérdidas, pero finalmente el número superior se impuso, siendo tomadas las trincheras, ante la abnegación de parte de los defensores, quienes se batieron con el enemigo hasta el final.