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Una situación bastante singular se da en la ciudad de Yaguarón, donde dos pobladores aseguran ser los compradores legítimos del boleto ganador de un auto cero kilómetro, sorteado en la parroquia.
El padre Cirilo Martínez, cura párroco de la iglesia de Yaguarón, explicó que el premio de la rifa pro parroquia tuvo que “dormir” en la comisaría y aún no fue entregado a nadie debido a que dos personas se lo están disputando.
Resulta que los dos ciudadanos aseguran haber comprado esa boleta ganadora, pero solo el nombre de uno de ellos, Miguel Pereira, figura en el talonario o tronco. No obstante, el otro poblador, llamado Abel Antonio Jarolín, dice que Pereira le vendió la boleta. Entre tanto, Pereira niega rotundamente haberle vendido el número ganador a Jarolín.
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Habrían hecho trato entre ellos
El sacerdote cree que existió un trato entre estas dos personas, pero explicó que él no puede adivinar cómo fue ese trato, y menos aún puede saber qué pasó si estas personas niegan haber negociado la boleta.
El cura explicó que justamente porque la gente siempre pierde sus boletas o se mojan, etcétera, la rifa fue nominal. Esto quiere decir que se anota en el talón el nombre de la persona, la dirección, y el número de cédula. Así, ese dato es el que vale para la iglesia a la hora de otorgar el premio.
El problema es que en el talonario figura el nombre de una persona, pero el talón apareció en poder de otra.
Y el señor cuyo nombre aparece en el talonario asegura que sí compró la rifa, solo que estaban trabajando en el cerro y se le cayó su boleta.
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Hay registros de Pereira comprando boleta
Entre tanto, apareció una segunda persona con el mismo número ganador exigiendo su premio.
El sacerdote contó que hay registros del señor Miguel Pereira comprando su rifa en una boca de cobranza. Pero por su parte el otro señor alega que compró esta misma boleta de él.
“El trato fue entre ellos; yo no puedo adivinar si él volvió a vender al otro. No puedo juzgar si es cierto o no es cierto. Nosotros hicimos como corresponde, tenemos permiso de la Municipalidad, presencia de la escribana, medios de comunicación locales y feligresía. De nuestra parte no estafamos a nadie”, enfatizó el padre.
Caso se judicializó
Añadió que si bien el premio está, ante la situación presentada ahora el caso se está judicializando. “Tenemos una demanda por cuestiones civiles, y los entendidos dirimirán a quién entregaremos el premio. Es una pena, porque perjudica la imagen de la parroquia”, expresó el cura.
Contó que la feligresía siempre se preocupa por hacer actividades para cubrir los gastos que significan el sostenimiento de la iglesia de Yaguarón, que es un patrimonio cultural.