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La propuesta del concejal colorado Javier Pintos de declarar la “Semana del Orgullo Heterosexual” en Asunción, desató la reacción e indignación de los grupos defensores de los derechos humanos de las personas LGTBI+, quienes señalaron la incoherencia de declarar el orgullo de un grupo sin ningún historial de persecución.
Esto sumado al hecho de que el propio concejal Pintos, quien habla de una supuesta “degradación de la familia” como el origen de problemas como las adicciones y la violencia, tiene antecedentes por haberle sido embargado su salario por negarse a la manutención de su hijo, además de denuncias por violencia intrafamiliar de parte de su exesposa.
En ese sentido, varios defensores de las personas LGTBI+, emitieron su parecer al respecto. La abogada Mirtha Moragas, señaló que resulta sumamente innecesario, por el paralelismo que se hace con el Mes del Orgullo LGTBI+, que es una reivindicación contra la discriminación y la violencia que sufren históricamente.
“Es la respuesta de un colectivo históricamente discriminado, históricamente violentado. La violencia y la discriminación tienen como objetivo acallar a las personas, meterlas en el clóset, que no se hable de ciertos temas. El orgullo tiene la idea de sacar afuera los temas, de que se pueda hablar y de que nadie tenga vergüenza de no ser heterosexual”, señaló.
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Orgullo Heterosexual: “En ningún país del mundo se persigue a heterosexuales”
La especialista en temas de Derechos Humanos señaló que no existe en todo el mundo un solo país donde ser heterosexual sea perseguido, discriminado ni penado.
“No hay ningún país del mundo donde alguien pierda un derecho por ser heterosexual, o que se le violente por eso. Al contrario, es la cultura dominante”, dijo,
“Vos prendés la tele y las novelas son todas de amor heterosexual, la cultura del amor romántico está pensada en la base del amor heterosexual, y además en esta idea de la familia tradicional: mamá, papá, hijos. Celebrar la cultura dominante, no tiene sentido, porque es algo que está reivindicado por la cultura misma”, aseguró.
Familia heterosexual debe reflexionar sobre sus conductas
La abogada señaló, sin embargo, que si hay algo que si considera importante es que el debate ponga la atención sobre la cultura heterosexual, de la que el propio concejal Javier Pintos es una muestra clara.
“La heterosexualidad está marcada por un montón de violaciones de derechos. Niños y niñas cuyos papás no les reconocen, que no le pasan la prestación de alimentos. A este concejal hubo que embargarle los bienes para que pague su prestación”, remarcó.
“En Paraguay el incumplimiento del deber legal alimentario es uno de los dos delitos más denunciados y procesados”, señaló la abogada.
“Si lo que se quiere reivindicar a la familia tradicional, en realidad hay que revisar qué es lo que está haciendo esa ‘familia tradicional’. ¿Por qué hay tanta violencia contra niños y niñas en las familias heterosexuales?”, se preguntó.
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“Concepto de familia de la Constitución es más amplio”
La abogada señaló, entre otras cosas, que el concepto de familia que defienden tan férreamente los autodenominados grupos “provida” y “profamilia” ni siquiera está amparado por la Constitución Nacional, que tiene un concepto mucho más amplio de familia, tal y como es en la realidad paraguaya.
En ese sentido, la abogada hizo hincapié en el artículo 49 de la Constitución, que al hablar de la protección de la familia, señala que esta “incluye a la unión estable del hombre y de la mujer, a los hijos y a la comunidad que se constituya con cualquiera de sus progenitores y sus descendientes”.
La abogada considera que al señalar la palabra “incluye”, no se se excluye a otras formas de constituir una familia. “En la práctica hay familias que no son ‘mamá, papá e hijos’ y esas son también familias”.
“Paraguay es ‘provida’ y ‘profamilia’ pero la familia en realidad ‘bien constituidas’ tampoco son la mayoría, estadísticamente. Hay demasiada gente criada por sus abuelos, abuelas, tíos, tías. Ya sea por irresponsabilidad y también por la consecuencia de las migraciones de padres y madres que fueron a trabajar afuera”, dijo.
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Yren Rotela: las comunidades trans conforman una familia
En ese sentido, uno de los ejemplos más importantes de señalar es el de las comunidades de personas trans, cuyas integrantes fueron, en su mayoría, expulsadas de familias heterosexuales por incomprensión y discriminación.
Yren Rotela, activista de la comunidad trans y responsable de la experiencia “Casa Diversa”, hizo énfasis en el hogar que conforman junto a otras 20 personas trans que viven en una comunidad en la que se comportan como una familia.
“Todas soñamos con tener una familia. Muchas veces esa familia no está conformada por la sanguínea, ya sea por la cultura, también entendiendo que nuestros padres ingresan en un sistema de violencia y de discriminación que ellos terminan replicando y somos expulsadas de nuestras casas a muy temprana edad”, contó Yren.
“Muchas veces quienes verdaderamente son tu familia son aquellas que son de la propia comunidad. Entre nosotras mismas nos cuidamos, siendo muy jóvenes. A los 14, 15 años salimos, nos encontramos en la calle, sin educación, sin trabajo y sin posibilidades, y son nuestras compañeras las que nos cuidan, nos protegen cuando no tenemos salud.
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Personas trans viven excluidas de la sociedad
Entre otras cosas, Yren contó que para ellas las navidades y años nuevos las pasan lejos de sus familias de sangre, por esta discriminación que viven como consecuencia del prejuicio contra ellas. “La familia hay que reconocer como una diversidad. Yo creo que va más allá de lo tradicional. Eso es lo que tenemos que mirar”.
“Tenemos un déficit en varios sentidos, en el tema de la salud, de seguridad, de justicia. Hay un grado de violencia tremenda, y más hacia la comunidad LGBTI+. El concepto que se tiene es: yo te puedo pegar y quién me va a decir nada. No valés nada. Eso es lo que nos dicen”, señaló.
“Anteriormente nosotras vivíamos calladas ante los asesinatos de personas trans. Muchas de nuestras compañeras morían ahí y nosotras sabíamos que no se iba a investigar y que no se iba a hacer absolutamente nada y nosotras naturalizamos ese tipo de situaciones”, aseguró.
Yren señaló que a pesar de su empoderamiento y de empezar a conocer sus derechos, dejaron de callarse y a denunciar todo lo que sufren, y todavía hoy ven como la sociedad minimiza eso. “todos los días te discriminan, te excluyen”, asegurando que muchas terminan suicidándose o son asesinadas.
Homofóbicos atacaron su casa
Entre una de las tantas formas de violencia que siguen viviendo en la comunidad, semanas atrás, Casa Diversa había sufrido un ataque homofóbico, cuando un sujeto había trepado la muralla de la casa para robarse la bandera de la comunidad trans.
Rotela señaló que ese hecho, aunque parezca insignificante, muestra el grado de desprecio de muchas personas hacia ellas. “Así como a la gente les puede doler también que le saquen un santo, o que se vayan a atropellar la iglesia, a nosotras también claramente que nos duele”, confesó.
“No es solamente una bandera, es un símbolo de lo que ellos nos quieren decir que no está bien. A nadie le puede afectar efectivamente un pedazo de tela, pero para nosotros tiene un símbolo, es nuestra causa, y es sumamente violento. Hoy es la bandera, mañana pueden ser nuestras vidas”, denunció.
Recordó que en Casa Diversa viven personas que tienen problemas de salud y que son asistidas por ellas. Se sustentan con donaciones y con los propios emprendimientos que hacen. Ahora, por ejemplo, abrieron una peluquería para poder comprar lo que necesitan para vivir.
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Piden reflexión a la familia heterosexual
Por último, Yren Rotela resaltó el hecho de que de ninguna forma están en contra de que nadie se sienta orgulloso de quién es, pero que proclamar un día del “orgullo”, lo consideran un ataque al orgullo que ellas sienten, como toda la vida le dijeron que lo que sentían no estaba bien.
Sin querer ofender a nadie, pero hay muchas cosas que los heterosexuales deben reflexionar para sentir orgullo. Más allá de una manutención, tienen que ver hoy los casos de abusos sexuales contra niños, niñas y adolescentes se dan en familias heterosexuales, no se si de eso se puede sentir orgullo”, concluyó.