Cargando...
Para contraer matrimonio por la Iglesia Católica se exige a los novios el haber recibido el sacramento de la Confirmación. Normalmente esta catequesis se imparte a los jóvenes de 14 años en adelante y suele durar dos o tres años. En ese periodo los catequistas ponen a consideración de los jóvenes una formación cristiana y los prepara a llevar la juventud con los fundamentos del evangelio.
Pero hay jóvenes que no participaron de los cursos y llegado un momento, a la hora de decidir contraer matrimonio, se les exige y al no recibir el sacramento buscan la forma de normalizarlo. Otros van movidos por la necesidad de completar sus formación cristiana.
Lea más: Obispo pide a los jóvenes ser protagonistas de cambio
Algunas parroquias que trabajan intensamente en catequesis y dan alternativas para la formación cristiana suelen exigir la Confirmación hasta a los padrinos de bautismo o matrimonio.
La parroquia de Las Mercedes que tiene su templo en Padre Cardozo y Valois Rivarola ofrece cursillo abreviado de Confirmación todos los lunes, luego de la misa de las 20:00. La charla dura 45 minutos. El lunes 17 de julio se tendrá la segunda charla y en setiembre se recibirá el sacramento. Los interesados pueden llamar al 0984 330077 para conocer más detalles y participar de los encuentros.
Lea más: Unas 35 parejas dieron el sí en casamiento comunitario en Itauguá
El vicario de la Arquidiócesis, Pbro. Víctor Giménez, explicó que las parroquias ofrecen esa posibilidad a los mayores de 18 años, quienes no tuvieron la oportunidad de participar de la catequesis cuando tuvieron 14 o 15 años. “Es cuestión de acercarse a las parroquias y consultar”, indicó.
En su parroquia Virgen de Fátima, los martes, luego de la misa de la 20:00, se imparte el cursillo en el templo ubicado en San Roque González de Santa Cruz y Toribio Pacheco, teléfono (021) 600 709.
La confirmación es uno de los sacramentos de la Iglesia. Junto al Bautismo y la Eucaristía constituye el conjunto de “los sacramentos de la iniciación cristiana”. Por esta gracia el celebrante implora la presencia del Espíritu Santo en la vida de la persona que se ha preparado para recibir.