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Monseñor Valenzuela inició su homilía hablando sobre la importancia de defender la vida. Mencionó que hoy en día la gente prefiere poner sus cimientos en el placer y en el dinero, olvidando seguir lo que nos pide nuestro Señor. “En nuestra nación, el peligro a la vida pulula impunemente. Igual que Jesús, tienen que elegir defender la vida y enfrentarse con los que la pongan en peligro, ya sea contra los poderes comerciales o políticos”, resaltó.
“Cuántos ya murieron por querer conseguir dinero, cuántos ya murieron por querer tener más poder”, se preguntó el religioso. Asimismo, indicó que como hijos de Dios “debemos defender siempre la vida con convicción, porque nuestra existencia puede tener sus peligros, pero Jesús es el hombre que sabe vivir en el conflicto y Él nos animará y guiará para luchar con su presencia”.
“No olvidemos que tenemos que recibir a otros, no olvidemos que tenemos que abrir nuestro corazón y nuestro hogar a los demás. Para construir el reino de Jesús necesitamos construir más bondad a nuestro alrededor”, expresó monseñor.
Tomen en serio el evangelio de Jesús
Monseñor Valenzuela también señaló que Jesús pide a sus discípulos que tomen en serio las exigencias del evangelio, incluso cuando este pide esfuerzo y sacrificio. “Porque Jesús todo lo siente, todo lo escucha y todo lo ve”, subrayó.
“Jesús es misericordioso y muy cercano, pero para Él no hay ambigüedades. Todo tiene que ser muy claro y contundente: o se está con Él o no se puede decir que seamos sus discípulos”, dijo.
Monseñor insistió en que tenemos que ser verdaderos discípulos de Jesús. Si nuestro esfuerzo es el esfuerzo de un cuidado común, entonces podremos decir que sí somos hijos de Jesús. Agregó que la estructura de nuestra vida muchas veces se ofrece de forma incompleta. “Tenemos que enamorarnos de los ideales de Jesús, a pesar de las adversidades que se nos atraviesen”, señaló.
“Apresúrense, hagan el bien”
“No debemos borrar del evangelio las palabras de Cristo. Muchas veces no se trata de realizar cosas grandes, solo dar una sonrisa al prójimo, hacer una visita de apoyo a aquel que se encuentra solo... Son cosas sencillas que hacen mucho por los demás. No olviden que hay recompensa a cada cosa buena que hagamos en esta vida. Apresúrense, hagan el bien. No dejen para mañana lo que puedan hacer hoy”, enfatizó monseñor Ricardo Valenzuela.
Al término de la jornada dominical, se pudo observar una importante concurrencia de familias que acudieron al santuario para ser bendecidas. Estuvieron presentes visitantes de Itapúa, Fernando de la Mora, San Lorenzo, Mariano Roque Alonso, Areguá, Luque y Misiones. La animación de canciones religiosas estuvo a cargo del coro permanente de la Basílica de Caacupé.
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