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Juan Ramón Ayala es despedido este domingo con una interminable caravana fúnebre que salió desde su domicilio que se ubica en la compañía Kapi’ipe de Eusebio Ayala. Familiares, amigos, pobladores del distrito e incluso personas de otras ciudades acudieron a la comunidad para dar el último adiós al reconocido chipero.
En el acto, se visualizaron nueve móviles de los trabajadores de don Ayala junto a una larga fila de vehículos. Así también se hizo presente la chipera María Ana López con su equipo y también otras empresas de la zona. Asimismo, los artistas Chabelly Fretes y Juancho Ojeda estuvieron acompañando la despedida con canciones hasta la iglesia San Roque.
Al llegar al santuario los familiares Luz María, Jenni, Juan Ramón, Odilio y su esposa Doña María Benítez expresaron emotivas palabras recordando entre lágrimas a su ser querido.
Ayala se despidió de la vida terrenal a sus 82 años, dejando un gran legado en el departamento de Cordillera. Muchos lo recuerdan por su lucha y perseverancia, ya que él venció los estereotipos de la gente, marcó una diferencia y demostró que los hombres también pueden trabajar en la gastronomía.
Además, es recordado por muchos cuando iniciaba sus ventas en los estadios y su trabajo era muy particular porque ingresaba a las canchas desplazándose con su canasto y gritando “chipa barrero”, una expresión que se convirtió en una marca registrada que lo hizo conocido en todo el país.
Don Juan Ramón antes frecuentaba los partidos importantes de la entonces Liga Paraguaya de Fútbol y entraba a los estadios con la canasta sobre la cabeza y un gran delantal. Antes de cada partido recorría las gradas con su tradicional grito y a medida que repartía la chipa, metía el dinero en su delantal.
Como era difícil llegar a las últimas gradas, tiraba la chipa argolla con una increíble precisión que llegaba a manos del comprador y la plata, del costo de la chipa, le acercaban con pasamanos. Don Juan Ramón era un amante del guaraní y recriminaba con el “eñe‘e guaranipe” al que le hablaba en castellano. Necesitaba pocos minutos para vender todo lo que traía y luego al terminar el partido, solo si sobraba, recurría al remate.
Otras veces ya se veía cansado frente a su camioneta y si le preguntaban “tenés chipa” el respondía “opa”. " Eju domingo”, expresaba. Era un personaje infaltable de las tardes de fútbol y la forma en la que luchó para salir adelante es algo que muchos admiran y siempre recordarán.
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Juan Ramón Ayala deja un importante legado
Almide Alcaraz, organizador del “Festival Nacional de la Chipa” refirió que Juan Ramón Ayala fue una inspiración para fomentar la cultura paraguaya y sin duda marcó historia en Cordillera. Manifestó emocionado que el chipero fue una persona humilde, sencilla y trabajadora que ha dado un importante ejemplo a todos, porque inició desde abajo para crear su propio imperio y logró generar ingresos para mucha gente.
Recordó que Juan Ramón siempre motivó a sus trabajadores para que estudien y que decía a los jóvenes y a todo el que le preguntaba sobre cómo emprender, que cada vez que tengan un sueño lo miren a él.
Él siempre decía: “si yo pude llegar a cumplir mi sueño, ustedes también pueden; él fue un ejemplo para muchos de que cuando hay voluntad y amor a lo que uno hace todo es posible”, expresó Alcaraz.
Margarita López Santa Cruz, una vecina de don Ayala mencionó que como paraguayos todos tenemos que sentirnos orgullosos de haber tenido a una persona luchadora que hizo que la ciudad de Eusebio Ayala se destaque.
“Gracias a él, al Paraguay y a los barrereños se los reconoce incluso a nivel internacional como la ciudad de la chipa; sigamos fortaleciendo el legado que dejó un hombre humanitario y trabajador”, expresó la pobladora.
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