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Monseñor Joaquín Robledo agradeció a todos los presentes en la celebración de Corpus Christi, indicando que es una solemnidad en que se recuerda la presencia de Dios en la vida de los cristianos.
Puso como ejemplo una familia integrada por un padre y una hija, que entraron a una iglesia para buscar a Dios, en donde el papá de la niña enseña a la pequeña que los católicos guardan la fe de que Dios se encuentra en la sacristía, y que el símbolo es la luz que permanece prendida.
Mons. Robledo compartió su homilía en un lenguaje sencillo para que los niños y niñas pudieran comprender, quien fue Dios, y dio ejemplos del compartir que se realiza en los domingos en el alta durante las celebraciones eucarísticas. Esa enseñanza lo comparó con las reuniones domingueras, donde los niños y niñas comparten con sus padres, tras una larga semana laboral.
Alfombra de flores
Un total de 17 imágenes fueron recreadas en el suelo del templo de la Catedral de San Lorenzo: El Cordero Pascual; El Rosario; La Virgen de Caacupé; El Buen Pastor; El Cáliz, La Hostia, y el Espíritu Santo; El Escudo de los Diócesis; El Escudo Pontificio; Los Corazones de Jesús y María; San Lorenzo; La Catedral; La Barca; Alfa y Omega; La Biblia y el Báculo; Símbolos Mariano y de Jesucristo; El Calendario litúrgico; La Vid y el Trigo; y finalmente la Bandera paraguaya y pontificia.
Procesión por las calles
Todas las imágenes fueron adornadas con flores frescas, follajes, arena lavada, como también las semillas como el maíz, el arroz, que fueron utilizados para dar vida a las imágenes que sirvieron de alfombra para el paso de la procesión que se realizó al término de la Misa.
En ese sentido, el recorrido se realizó con el santísimo decorado con flores y follajes, que fue llevado a cuestas en los hombros de los sacerdotes en un primer momento, y luego por miembros de la comunidad. La procesión estuvo acompañada por una banda de músicos, y el reso de los feligreses.