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Desde hace una semana, los alumnos del Colegio Nacional San José de Limpio forman una larga fila para poder ingresar a la institución, a través del detector de metales instalado por los padres para evitar que se ingresen objetos prohibidos.
En la portería, el detector emite sonidos de alerta incluso con los metales propios de las mochilas o los cintos, por lo cual la persona encargada revisa cada una de las mochilas. Se incautan hasta las tijeras, en caso de que no sean las escolares y posean punta.
La directora Vicenta Aveiro confirmó que mañana se cumple el periodo de implementación experimental y luego se reunirán con los padres para analizar las fortalezas y debilidades. En cuanto al motivo de la compra del costoso escáner, aseguró que fue una idea de los padres en reuniones que se vienen realizando desde hace varios meses.
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“Coincidió con el lamentable hecho ocurrido en Guairá, pero ya formaba parte del plan de trabajo”, aseguró. Indicó que los padres decidieron realizar esta compra porque vieron “la necesidad por todas las situaciones que ocurren por fuera”.
Insistió en que, si bien no se registraron hechos de violencia, la medida es precisamente preventiva y los estudiantes, en su mayoría, se presentan colaborativos. “Esto es por ellos y por todos los que conformamos la comunidad educativa”, justificó.
El detector de metales fue financiado por la Comisión de Padres, que invirtió G. 8.600.000, fondo obtenido a través de actividades extracurriculares.
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Lo que piensan los alumnos sobre el detector de metales
Por su parte, Nadia Armoa, representante del Centro de Estudiantes, confirmó que la decisión fue tomada hace mucho tiempo por los padres y que los alumnos fueron previamente notificados a través de reuniones con delegados y talleres informativos.
“Algunos están descontentos por las filas, pero es una opción para mejorar la seguridad tanto dentro como fuera de la institución, porque varios alumnos traen objetos punzantes”, agregó.
Por su parte, otro miembro del Centro de Estudiantes agregó que es una medida preventiva por todas las amenazas que han surgido en otros colegios del país. En cuanto al parecer de los alumnos, dijo que algunos varones tienden a resistirse por traer elementos muy personales, pero recalcó que son conscientes de que es una medida preventiva.
“Coincidió con el caso de Colonia Independencia, pero esto ya se venía trabajando previamente para brindar mayor seguridad a los estudiantes. Los compañeros se sienten más seguros al saber que se está controlando. Se encontraron objetos que no son de uso pedagógico, pero nada más”, añadió.
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Doce posibles casos de vulneración de derechos sexuales
La directora también aseguró que no registraron casos de estudiantes involucrados en las drogas ni inconvenientes de violencia dentro del colegio. Sin embargo, reveló que -luego de un taller llevado a cabo recientemente- la organización que estuvo a cargo de la charla detectó 12 posibles casos de vulneración de derechos sexuales reproductivos en el entorno del hogar.
“Los chicos tuvieron que completar un cuestionario y luego me presentaron una nota informando sobre casos que pudieron detectar, se activó el protocolo y estuvimos trabajando con familias y la derivación de 12 casos”, señaló.
En ese sentido, explicó que además de la vulneración de dicho derecho detectaron casos de autolesiones.