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El decreto presidencial N° 9.032 dispone que se le confiere la condecoración a Nicolás Darío Latourrette Bo “por su servicio en el ámbito de la cultura y su destacada actuación para el rescate, recuperación, restauración y conservación del patrimonio histórico cultural de la República del Paraguay”.
En efecto la Orden Nacional del mérito fue creada en 1865 por el Mariscal Francisco Solano López y para alcanzarla se tienen en cuenta “los grandes servicios hechos al Estado, entre los que se encuentra el ejercicio de funciones culturales”.
El acto protocolar tuvo como escenario el hall central del Palacio Benigno López, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, y la entrega estuvo a cargo del ministro embajador Julio César Arriola en reconocimiento a la labor del mecenas a favor de la cultura, el arte y la preservación de la memoria histórica del Paraguay, según reiteró.
Entre las instituciones que cuentan con el aporte del homenajeado, el ministro Arriola citó el Museo Casa de la Independencia, la iglesia de Yaguarón, la iglesia La Candelaria (de Capiatá) y muchos otros sitios de gran relevancia cultural e histórica.
De la antigua Roma a la actualidad
Al agradecer la distinción, Latourrette Bo explicó que el “Comendador” en la antigua Roma era aquella persona que recomendaba en algún asunto oficial, en particular y a cuyo buen criterio se encomendaban personas, bienes y propiedades. Acotó que una gran responsabilidad que siglos después en la historia colonial del Paraguay, por ejemplo, dio lugar a los tristes abusos de los encomenderos contra los indígenas.
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“Cuando se tiene el poder es fácil olvidar a quienes debemos servirlos. Por eso, es bueno siempre recordar que toda autoridad democrática es, al fin de cuentas, un comendador elegido por el pueblo y todos estamos encomendados a su buen criterio. Confiamos en su honestidad y estamos librados a sus cuidados”, enfatizó.
Aclaró que, personalmente, nunca trabajó para el Estado Paraguayo, pero siempre ha servido a la Nación Paraguaya y, como bien se explica en el reconocimiento, es por los servicios culturales, de rescate y recuperación y conservación del patrimonio histórico y cultural del Paraguay. “Creo que nada es más agradable que sentirse útil para los demás. Asi me enseñó mi madre, Franca Bo, a quien recuerdo hoy con cariño. Ella estaría feliz con esta mención a mi trayectoria que después de todo es producto de su enseñanza y su cariño”, dijo emocionado.
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Citó varios de los esfuerzos realizados por la cultura paraguaya y el engrandecimiento y rescate de nuestra memoria colectiva, tarea en la que ha tropezado con satisfacciones y sinsabores; “la protección y difusión de nuestro patrimonio histórico y natural que se da en hechos concretos como restaurar obras, apoyar a los artistas y creadores, a los conservaciones y publicando libros científicos y de historiadores”.
También mencionó que aparte de las recuperaciones realizadas hace ya tiempo (Yaguarón y Capiatá) actualmente se está trabajando con la Secretaría Nacional de Cultura por la Iglesia de Santísima Trinidad. Finalmente destacó la creación del Museo de Arte Sacro, “que en poco tiempo se ha convertido en un verdadero referente en la museología paraguaya y la protección vitalicia del Museo de la Casa de la Independencia que le ha otorgado el propio Estado”.