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La fiscala Carina Sánchez de la Unidad Especializada de Lucha contra la Trata de Personas es quien lleva a cargo la investigación del emblemático caso de Felicita Estigarribia, quien fue abusada y asesinada en el año 2004 en la ciudad de Yaguarón.
La agente del Ministerio Público comentó detalles del proceso que lleva adelante y aunque lamentó que desde hace 19 años no se tienen pistas del paradero del presunto autor, Freddy Antonio Florenciano Brítez, conserva la esperanza que se podrá encontrarlo.
“Hasta el momento no fue capturada la persona que fue imputada. Se siguen haciendo muchas diligencias tratando de seguir el rastro. Cuanto más pasa el tiempo se dificulta muchísimo más el hecho de ubicarle”, explicó la fiscala.
“Hemos incluido a más fuerzas, ahora la Interpol está trabajando con nosotros a los efectos de seguir haciendo, de no perder la esperanzas y seguir buscando y esperemos que algún momento podamos dar con la persona que cometió el hecho”, reflexionó.
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Pidieron apoyo del exterior para la investigación
“Estuvimos también pidiendo apoyo en el exterior a los efectos que nos ayuden con el tema de la identificación, porque la única fotografía que tenemos de esta persona es de la primera cédula, de hace 20 a 25 años”, puntualizó la agente del Ministerio Público.
Sánchez señaló que todas las hipótesis en cuanto al paradero de Florenciano Brítez, siguen abiertas y entre ellas está la posibilidad de que el responsable se encuentre fuera del país.
“Si queremos sacar lo positivo de este horrible caso es que todos los años tenemos esta fecha que recordar y que es una fecha que impulsa a seguir hablando del tema del abuso, de la explotación sexual, y que nos obliga a quienes abordamos este tema a hacer lo mejor desde el lugar que nos corresponde”, afirmó la fiscal.
Antecedentes del caso
Felicita Estigarribia, conocida también como la niña de las mandarinas, fue asesinada en Yaguarón entre la noche del 31 de mayo y la madrugada del 1 de junio del 2004. Luego de ir a la escuela, había arrancado las frutas de un árbol que estaba en su casa y salió a ofrecer las mandarinas, pero nunca regresó.
El asesino sigue en libertad y ni siquiera se tiene una foto de él, más que la de su documento de identidad, de cuando tenía 16 años.