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En la Catedral de Asunción se realizó el Tedeum por las fechas patrias, que fue presidido por el cardenal paraguayo, Adalberto Martínez, y que contó con la presencia del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, de casi todo el gabinete del gobierno, el fiscal general, así como también de los presidentes de la Corte, de Diputados y otros parlamentarios.
Durante la homilía, Adalberto Martínez hizo énfasis en varios temas, uno de ellos el sistema electoral, sobre el cual los obispos se pronunciaron asegurando que el mismo debe ser transparentado.
“Necesitamos promover la transparencia absoluta del proceso electoral. Los obispos señalamos que esta es una condición indispensable para la legitimidad de origen de las nuevas autoridades y que posibilitarán la gobernabilidad y la paz social”, precisó Martínez.
Exhortaron a los organismos competentes a que provean y expongan todas las informaciones que permitan generar confianza y tranquilidad sobre la limpieza del proceso eleccionario y que despejen toda duda.
Cardenal pide una profunda transformación moral
Adalberto Martínez afirmó durante la homilía que la patria necesita una profunda transformación moral ante la corrupción, impunidad y el crimen organizado que corrompen nuestras instituciones y debilitan sistema democrático, impidiendo la realización del bien común.
“Para lograr este objetivo es necesario fortalecer la institucionalidad y garantizar la independencia del poder judicial, del Ministerio Público, de la Contraloría General y de la Dirección de Contrataciones Públicas, entre otros órganos de la República, subrayamos que es ineludible transparentar todos los actos públicos y asegurar el derecho del acceso a la información pública”, indicó.
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En ese sentido, insistió en que son impostergables las reformas estructurales que se deben enfrentar con eficiencia y eficacia ante la inequidad social y económica, estableciendo como objetivo que la población pueda acceder a servicios básicos, de calidad en salud, educación, infraestructura entre otros, y a condiciones y oportunidades para una vida digna y plena.
“Desarrollo es el nuevo nombre de la paz, decía San Pablo sexto. Es urgente e ineludible un pacto social, político y económico sobre una agenda básica que favorezca y posibilite el desarrollo del país y desarrollo humano integral”, expresó.
Problema de la tierra y distribución de la riqueza
Martínez dijo que debemos ser justos, en el sentido de una economía que administre y distribuya la riqueza y los bienes tangibles e intangibles con equidad y sentido de igualdad, eliminando las enormes desigualdades e inequidades que originan la pobreza de más de dos millones de compatriotas y cientos de miles que viven en extrema pobreza y pasan hambre.
“Mientras exista este estado de cosas, no habrá verdadera paz en nuestra República. Los gobernantes no deben usar su poder para favorecer solo a un grupo político o a un sector económico. Entonces decimos que todos debemos trabajar por el bien común. Sin embargo, por cuestiones de equidad y de justicia, necesitan intervenir decididamente para la progresión humana integrada de los sectores más necesitados, de los más vulnerables”, aseveró.
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Hizo mención especial al problema de la tenencia y propiedad de la tierra, afirmando que se requieren catastros serios para transparentar y sanear títulos de tierras revendidas ilegalmente y varias veces tituladas como la misma propiedad.
“Se requiere conceder los títulos a los legítimos dueños. La cuestión de la tierra se convierte en fuente de graves conflictos sociales, políticos y medio ambientales. Así también contribuye a la emigración del campo a la ciudad y al crecimiento de los cinturones de pobreza en las zonas urbanas”, aseveró.