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Una paciente que prefirió el anonimato, para evitar represalias, se quejó de las atenciones que brindan en el Hospital Regional de Caacupé. Relató que la semana pasada vivió una mala experiencia cuando fue a sacar cita para el sector de mastología.
Explicó que le tocó el número cinco con la Dra. Sheila Pratt Moreira (de Mastología). Preguntó por la profesional para saber a qué hora empezaría a atender y le dijeron que su turno estaba fijado para las 14:00.
“Como era recién las 11:00 de la mañana fui a mi casa y regresé a las 13:30 para mi cita; sin embargo, ya era la hora y no atendían a nadie”, indicó.
La denunciante resaltó además que en la sala de espera también había otras personas y una señora de edad de la ciudad de Primero de Marzo, localidad alejada de Caacupé, pero ella seguía esperando porque todos necesitaban recibir la atención médica.
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Dos horas después se atendió
La denunciante anónima mencionó que los pacientes tenían cita a partir de las 14:00, pero dicho horario no se cumplió. Ante esta situación, muchos se retiraron y otros continuaron en la sala, pese a que ya habían pasado unas dos horas del horario establecido.
La denunciante señaló que, de tan cansada que estaba de esperar, se acercó al consultorio de Mastología para preguntar por qué la tardanza y solo recibió malos tratos.
Se pudo visualizar a la doctora que estaba hablando tranquilamente por teléfono, mientras los pacientes estaban afuera sufriendo una larga espera. “Cuando pregunté por qué no estaban llamando, la misma me gritó que espere afuera”, expresó la paciente.
Finalmente, a las 16:00, empezó a atender “y cuando llegó mi turno la doctora dijo que no me va a atender y que salga de su consultorio porque soy una maleducada”.
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La denunciante, indignada, resaltó que esta doctora no ama su profesión y por esta razón pide a las autoridades pertinentes que solucionen este problema lo antes posible. “Todos necesitamos de un hospital y médicos empáticos que realmente tengan la paciencia y voluntad para atender a sus pacientes”, finalizó la denunciante anónima.
Al respecto, intentamos contactar con la doctora Sheila Pratt Moreira para consultarle sobre los inconvenientes, pero no contestó la llamada.