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La celebración eucarística de la pascua permitió recordar la resurrección de Jesucristo al tercer día, lo que constituye un símbolo de esperanza para el cristianismo. En este sentido, el cardenal Adalberto Martínez instó a la feligresía a no quedarse estancada en la tristeza, pese a los avatares de la vida.
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El mensaje fue dado esta mañana durante la misa desarrollada en la Catedral Metropolitana de Asunción. En su homilía, el religioso lamentó los hechos de violencia en que vive sumergida la sociedad.
“Nos entristecemos por las discordias en el seno de nuestras propias familias. Pareciera que no hay comunicación. Nos cuesta perdonar, pedir perdón. En fin, continuas ofensas y agresiones verbales en las disputas del poder, y en este carrerismo político donde se difaman mutuamente no es el camino para construir un país”, enfatizó Martínez.
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Remarcó que debería primar el bien común para aquellos que viven en las periferias y personas que son “los descartados”, así como Jesús caminó con los pobres.
El cardenal afirmó que también es triste como algunos viven “en los callejones sin salidas de sus propias ideologías, convicciones, pretensiones o ambiciones personales”.
Lamentó que niños, jóvenes y familias pobres vivan abandonados a su suerte, “víctimas de las injusticias estructurales, de la corrupción y de los saqueadores de la esperanza”.
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Martínez finalmente exhortó al pueblo cristiano a defender la vida y la dignidad de las personas ante las amenazas de la cultura de la muerte, de los relativismos morales y éticos que van en contra de lo instaurado por Cristo mismo.