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Martínez preside en estos momentos la solemne vigilia pascual que proclamó la resurrección de Cristo. En la explanada de la Catedral Metropolitana bendijo el fuego que dio luz al cirio pascual que representa a Cristo Resucitado.
Ya en el interior de principal templo capitalino se procedió a las lecturas y luego del Evangelio, Martínez se encargó de la homilía.
El primer cardenal paraguayo invitó a luchar contra las fuerzas que condenaron a Cristo y lo crucificaron, y lo siguen crucificando. “Estas fuerzas son enormemente poderosas. La injusticia y la violencia se unen para sembrar muerte. Tenemos que decir no a la corrupción, a la impunidad, al crimen organizado y a todo tipo de violencia (tráfico de drogas, tráfico de armas, tráfico de personas, lavado de dinero, sicariato, secuestros, terrorismo…)”, indicó Martínez.
Se refirió al tráfico de drogas e indicó que este mal destruye y desintegra personas y familias, sobre todo a los jóvenes; es causa de asesinatos y brutales sicariatos, que siguen crucificando vidas con crueldad y odios, y actúan desde las sombras de la muerte crucificando y coronando de discordias la vida humana; además, el dinero manchado de sufrimiento, dolor, luto y llanto corrompe nuestras instituciones y debilita el sistema democrático, impidiendo la realización del bien común.
Participar de las elecciones
De cara a las próximas elecciones generales del 30 de abril, el arzobispo indicó que coincide con el cuarto domingo de Pascua y “nos interpelan y nos pondrán a prueba si la Resurrección de Cristo ha tocado nuestro corazón, nuestra mente, nuestro espíritu, nuestra voluntad, nuestras actitudes y nuestras acciones”. Agregó que ante tan importante acto cívico “invito a ver, escuchar, sentir y actuar como hombres y mujeres, ciudadanos y ciudadanas que viven conforme a los criterios y compromisos que exigen la Pascua”.
Exhortó a los jóvenes que asuman el compromiso de participar, votar y elegir, libre y responsablemente. “Ustedes, queridos jóvenes, con su participación, serán testigos de la resurrección y los protagonistas que decidirán el Paraguay que necesitamos, queremos y nos merecemos”, resaltó.
En otro momento invitó a luchar contra todo tipo de abusos, en la Iglesia y en la sociedad, entre los que mencionó los abusos de poder, abusos de conciencia, abusos sexuales, que crucifican a los más débiles y vulnerables. “El aumento de la violencia intrafamiliar, no pocas veces termina en feminicidios. Así también, volvemos a llamar la atención sobre la desaparición de niños, niñas y adolescentes; los informes señalan que se han reportado más de 1.000 casos, cuyo destino es desconocido y que, podrían tener relación con el tráfico de personas”, afirmó.
Martínez sostuvo que la Pascua debe impulsar a luchar contra todo lo que origina muerte y conduce a la muerte, contra los que siguen crucificando la vida y sembrando dolor, destrucción y luto. “La corrupción, la impunidad y los crímenes que amenazan de muerte la institucionalidad democrática y la vida de la propia nación”.
Defender la vida digna
Invitó a defender la vida digna y la vida plena de todo ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural. Esta defensa vale para la naturaleza toda. El hombre de Pascua debe ser el mejor defensor de la vida y del cuidado de la casa común.
“Necesitamos combatir las causas de la pobreza, las estructuras opresivas e insolidarias, el egoísmo que anida en el corazón del hombre y en el corazón del mundo”.
Asimismo, llamó a estar del lado de los crucificados y condenados y entre estos mencionó a los pobres y excluidos, los vulnerables, los pequeños, los descartados: niños, mujeres, ancianos, indígenas, campesinos, personas con discapacidad, drogodependientes; los hambrientos, los enfermos, los desempleados, los sin techo, los presos sin condena que hacinan las cárceles, los migrantes y refugiados. Pidió no olvidar a los privados forzosamente de su libertad, a los secuestrados, ni el dolor de sus familias. Tengamos en cuenta también a todas las familias que sufren por la pérdida de sus seres queridos.