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El padre Olegario Domínguez nació el 6 de marzo de 1920 en León, España. Pertenecía a la Congregación Oblatos de María Inmaculada (OMI). Tuvo una admirable labor pastoral en nuestro país por más de 40 años. Fue enviado al Paraguay en misión el 4 de septiembre de 1980.
Era reconocido por su generosa entrega en su servicio a la Iglesia católica en las personas más desprotegidas, además de su constante apoyo en la formación de futuros sacerdotes.
Dedicó más de 25 años a la enseñanza en la Universidad Católica, en la cátedra de Misionología y otras asignaturas. Esto le valió el reconocimiento de “Exemplum Vitae” en el año 2010 por su destacada labor en el profesorado.
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En una entrevista del 12 de marzo de 2016, al referirse al Paraguay que encontró al arribar al país en 1980, indicó que el ambiente político no era bueno. “Vine con mucha ilusión. Encontré una Iglesia que estaba creciendo con gente joven y niños. Había mucha esperanza para la evangelización y la gente acogió el mensaje y me hizo sentir parte de la familia”, dijo aquella vez a ABC Color.
Su primer destino fue el noviciado que funcionaba en Colonia Independencia, donde había novicios de toda Latinoamérica. Cuando se cerró esa casa fue comisionado al Seminario de los Oblatos, que funciona en el barrio Santa Ana de Asunción.
Una de sus preocupaciones fue el relativismo que también llegó al Paraguay con la globalización y ante esa situación consideraba que la evangelización con el testimonio de vida era la salida.
El padre Olegario Domínguez murió el lunes y fue sepultado luego de la misa que oficiaron en su memoria sacerdotes de la congregación de los Oblatos y otros consagrados que fueron sus alumnos. Descansa en la cripta de la capilla Cristo Redentor.