Estacioneros realizan el “kurusu ñuguãitî” al son del “purahéi jahe’o”

Hace más de 40 años que los estacioneros de la parroquia Virgen del Rosario y de la parroquia San Antonio de Padua de Reducto, de la ciudad de San Lorenzo, mantienen viva la tradición del “kurusu ñuguãitî” al son del “purahéi jahe’o” o “purahéi asýy”. Durante el viacrucis recuerdan las 14 estaciones de la vida, pasión y muerte de Jesús con su canto lastimero, camino al calvario. El grupo está conformado por los maestros y el coro, que se encarga de llevar los faroles de colores.

Momento del kuruzú Ñuguaití realizado en la ciudad de San Lorenzo por dos grupos de Estacioneros.
Momento del kuruzú Ñuguaití realizado en la ciudad de San Lorenzo por dos grupos de Estacioneros.Lucia González

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En la noche de ayer, ambos grupos peregrinaron desde los extremos de la calle Pompeya, hasta encontrarse en el punto central para realizar el “kurusu ñuguãitî”.

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En el trayecto compartieron con los pobladores del barrio su “purahéi jahe’o”, cuyo caminar fue guiado en los laterales por velas que sirvieron de iluminación al largo caminar de los estacioneros de San Lorenzo, y las personas que acompañaron a los dos grupos.

Caminaron alrededor de 1 km. A medida que los pasioneros se aproximaban realizaban el saludo, haciendo el grupo local el famoso “requerimiento” a los estacioneros visitantes de la parroquia San Antonio de Padua.

El ritual que siguió fue el gesto de reverencia por parte de uno de los estacioneros de la parroquia Virgen del Rosario hacia el grupo de los que estaban de visita.

Estacioneros realizan el “kurusu ñuguãitî” dirigidos por maestros

Édgar Encina, director de los estacioneros de la parroquia Virgen del Rosario, recordó que participa del ritual desde que tiene uso de razón; mencionó que antes se encargaba de llevar la cruz, y que actualmente es uno de los maestros.

Explicó además, que cuando ambos grupos se aproximan hacen una serie de rituales, como el requerimiento, el saludo, el kurusu ñuguãitî, y finalmente la mención de cada una de las estaciones por las que pasó Jesús.

“Nosotros les hacemos el requerimiento. Nosotros les preguntamos de dónde vienen, y ellos nos dicen ‘venimos de la casa de Jerusalén al encuentro del Señor’. Entonces, nosotros les damos la bienvenida, y les hacemos el saludo con la bandera. Es una reverencia. Cada estacionero lo hace tres veces, y cada vez que hacemos el saludo, nos vamos acercando para hacer el “kurusu ñuguãitî”, detalló Édgar Encina, director de los estacioneros de la parroquia Virgen del Rosario.

Cada grupo deben conformarse de 14 estacioneros. El grupo de estacioneros de la parroquia Virgen del Rosario está conformado por Gumersindo Coronel, de 84 años, siendo uno de los integrantes más antiguos.

También están Andrés Coronel, Édgar Antonio Encina, Bartolomé Cañiza, Roberto López, Édgar Lezcano, Óscar Arévalos, Eusebio Arévalos, Vicente Fernández, Ireneo Fernández, Víctor Fernández, Patricio Coronel, Manuel López y Francisco Arévalos.

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