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Este domingo, alrededor de las 07:00, mucha gente llegó a la ex estación ferroviaria, ubicada en el barrio Bella Vista de Luque, portando palmas que fueron bendecidas con agua antes de una reflexión bíblica.
Así se dio inicio a la misa del Domingo de Ramos, actividad que anuncia el inicio de la Semana Santa. La eucaristía fue presidida por el cura rector del Santuario Nuestra Señora del Rosario de Luque, monseñor Enrique Meyer.
Posteriormente, una imagen de Jesús dirigió la precesión de los feligreses hasta el templo, donde una multitud aguardaba la llegada.
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Durante su homilía, monseñor Meyer pidió a los presentes reflexionar profundamente sobre los personajes bíblicos como Judas, Pedro, Poncio Pilato y otros, y compararse con los mismos buscando el arrepentimiento y la conversión.
“¿Con cuál de estos personajes nos identificamos? ¿Acaso le negamos a Jesús, lo vendemos por monedas o nos lavamos las manos?”, preguntó el sacerdote.
Asimismo, criticó a los que juzgan ligeramente a otros y no realizan un autoanálisis sobre su propio comportamiento y actitud.
Meyer instó a los fieles a reflexionar durante la Semana Santa, “abocados a la conversión, dando paso a un corazón solidario, haciendo el bien por los demás de manera constante”.
Pidió también que los creyentes católicos imiten la vida y la solidaridad de Jesús para ayudar a los abandonados, a los enfermos, a los hambrientos y a aquellos que necesitan contención.
Venta de palmas y reliquias
El elemento infaltable en Domingo de Ramos es la palma hecha de las hojas del pindó y adornadas con ruda, romero, eucalipto y siempreviva. También las reliquias fueron símbolos solicitados este día.
Agábita Medina, de 58 años y oriunda de Costa Sosa, Luque, teje habilidosamente el resistente pindó desde hace más de 40 años.
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El oficio lo aprendió de sus padres y hoy, junto a sus hijas María Antonella y Juana Bautista, sus nietos Tomás Ezequiel e Isaías y su yerno Juan Ángel, sigue con la tradición y en este día vendió más de 200 unidades frente al templo de Luque.
Por otro lado, Fátima Martínez, de 39 años y oriunda de la compañía Tarumandy de Luque, se dedica a la fabricación de pequeñas reliquias y también de palmas que fueron vendidas esta mañana a G. 5.000 cada una.
La mujer asegura que aprendió el oficio con ayuda de su madre, Leónida Martínez, y que desde hace unos 15 años comercializa sus productos cada Domingo de Ramos en las inmediaciones del Santuario.